lunes, 30 de enero de 2012

¡JESÚS, SE PRESENTA ANTE NOSOTROS! PARTE III

Cierto día el confesor de Santa Faustina, le mandó preguntar al Señor Jesús por el significado de los dos rayos que están en esta imagen. La respuesta que recibió durante la oración fue: Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas…Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios. (D. 299)

Jesús, pone a nuestro alcance los rayos que justifican y dan vida a las almas. Los ofrece como refugio seguro y confortable,  para que la justa mano de Dios, no nos alcance. Y deja a nuestro libre criterio el aceptar esa disponibilidad Suya, o no. Pero tierna y dulcemente nos dice: Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío. (D. 327) Nos asegura que: Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso que cada alma tenga acceso a ella. A cambio de todo esto, sólo pide una cosa, que libremente nos decidamos a confiar definitivamente en Él. No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia. (D. 570)

La veneración de su Imagen, es fundamental para la divulgación de la Misericordia divina. El 10 XI [1937], Jesús, hizo saber interiormente a Santa Faustina que: Ya muchas almas han sido atraídas a Mi amor por esta imagen. Mi misericordia actúa en las almas mediante esta obra. (D. 1379)

Nuestro querido Beato Juan Pablo II (1920-2005), durante su pontificado fue el mayor divulgador de la veneración a la Misericordia Divina. Distribuyó millones de estampas con la Imagen de Jesús Misericordioso, en las que puso estas palabras “Sed apóstoles de la Divina Misericordia”.

Si un Papa, Mariano por excelencia, concedió tanta importancia a esta veneración; hasta el punto de que en la Canonización de la Beata Mª Faustina Kowalska, exclamó: “¡Sacerdotes, haced de la Divina Misericordia vuestro programa sacerdotal en este tiempo necesitado como nunca!”; es evidente que conocía en profundidad todo lo expresado e indicado por Jesús a Santa Faustina, y que tenía plena confianza en Jesús Misericordioso.

viernes, 27 de enero de 2012

¡JESÚS, SE PRESENTA ANTE NOSOTROS! PARTE II

Para facilitarnos la tarea de conocerle más a fondo, y así podamos amarle con más intensidad; Jesús se manifiesta a Santa Faustina y a toda la humanidad, con un diálogo cercano, sencillo, clarificador y lleno de Amor. Con posterioridad el 22 de Febrero de 1931, se aparece a Santa Faustina en su celda, y le dice: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma “Jesús, en Ti confío”. Deseo que ésta imagen sea venerada primero en vuestra capilla y luego en el mundo entero. (D. 47)
Jesús se da a conocer con su Imagen, Divina-Humana, a Santa Faustina; y quiere darse a conocer, en modo visible, al mundo entero; y lo hace viniendo a nuestro encuentro una vez más, como reflejan sus pies uno delante del otro, con la mano derecha bendiciendo a quien sale a su encuentro le mira; levantando ligeramente su túnica con el pulgar y el índice mostrando la Luz divina que rebosa de su Sagrado Corazón, y que una vez ha salido, se convierte en dos rayos, uno pálido y otro rojo, que simbolizan la sangre y el agua, que salieron de su cuerpo, después de ser traspasado su costado por la lanza del soldado romano. Aunque camina con la cabeza erguida, sus ojos miran hacia abajo, como clamando humildemente, dejando a un lado una vez más su condición divina, que viene a iluminar de nuevo este mundo de tinieblas, que viene al encuentro de todos, justos y pecadores, que su Luz y su Bendición es para todos sin excepción y como veremos más adelante, con una predilección muy especial por los pecadores, para que ninguno se pierda. Y como colofón final de tan portentoso y maravilloso acontecimiento, exige que la Imagen lleve, como firma, y no como inscripción, estas palabras: “Jesús, en Ti confío”. Parece que Jesús, utilizando un formato contractual Divino, quiere dejar claro, en un plano humano, que quién confíe plenamente en Él, será asistido y acogido en su Misericordia Divina. Y para dejar plena constancia de ello a continuación dijo: “Prometo que el alma que venere esta Imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como Mi gloria” (D. 48)
A continuación, y como para reafirmar la importancia que su Imagen, a modo de compromiso, le dice: Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta Imagen que pintarás con pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia. (D. 49)
Y como broche final de su aparición, dice: “Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas. Jesús se quejó con estas palabras: La desconfianza de las almas desgarra Mis entrañas. Aún más Me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de Mi amor inagotable no confían en Mí. Ni siquiera Mi muerte ha sido suficiente para ellas. ¡Ay de las almas que abusen de ella! (D. 50)
Queda claro que la Imagen no es un hecho anecdótico, sino que es una parte fundamental de su plan; no es algo que vaya destinado para el culto personal de Santa Faustina o para su Congregación; no, ha de ser venerada primero en su capilla, eso sí; pero inmediatamente después, en todas las Iglesias, debe ser venerada en el mundo entero, tiene que estar a la vista de todos.
Para ello, Él, necesita de la ayuda de sus representantes o sustitutos en la tierra, los sacerdotes; manifiesta claramente la necesidad de que la Santa Madre Iglesia, que Él fundó, se sienta copartícipe, como no podía ser de otra manera, que se responsabilice de la divulgación de la Veneración a la Misericordia Divina. Por eso desde un principio, quiere que la Imagen sea, no solamente bendecida, sino que además a de serlo con solemnidad; y no un día cualquiera, no, tiene que ser el día por excelencia del Señor, un domingo, y no cualquier domingo, no, tiene que ser el primer domingo después de la Pascua de la Resurrección. Si el domingo de la Pascua de Resurrección, es una explosión de alegría y de júbilo; Él quiere que el siguiente domingo se una fiesta la ¡Fiesta de la Misericordia!
Y deja muy claro, que la cláusula fundamental de su compromiso, es la confianza plena, en Él, de todos: justos, pecadores y almas elegidas. Sin confianza, es imposible para el ser humano, mantener una relación personal, sana, eficaz, vital y duradera. Eso es lo que Jesús necesita, para poder realizar su obra en nosotros; porque todos necesitamos, aunque no seamos conscientes de ello, de Su Misericordia Divina. Los justos y las almas elegidas, porque creen que ya hacen lo correcto o lo suficiente; y los pecadores, porque creen que no se la merecen, porque piensa que el peso de sus pecados es mayor, que la Misericordia de Dios ¡Qué equivocados estamos todos!


jueves, 26 de enero de 2012

MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE

Mensaje del 25 de Enero de 2012
“Queridos hijos, con alegría también hoy os invito a abrir vuestros corazones y a escuchar mi llamada. Yo deseo acercaros de nuevo a mi Corazón Inmaculado, donde encontraréis refugio y paz. Abríos a la oración, hasta que ésta se convierta en alegría para vosotros. A través de la oración, el Altísimo os dará abundancia de gracias y vosotros llegaréis a ser mis manos extendidas en este mundo inquieto que anhela la paz. Hijos míos, testimoniad la fe con vuestras vidas y orad para que la fe crezca en vuestros corazones día tras día. Yo estoy con vosotros. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

 

¡JESUS, SE PRESENTA ANTE NOSOTROS! PARTE I

¡JESÚS, SE PRESENTA ANTE NOSOTROS!

 ¡Convertíos y creed en el Evangelio! Esta llamada, que hemos leído en el Nuevo Testamento, y oímos con frecuencia en la Santa Misa, a lo largo del año Litúrgico, y muy especialmente en el tiempo de Cuaresma; sigue resonando en el fondo de las revelaciones que Jesús dio a Santa Faustina 1900 años después de su Ascensión al Cielo, unas veces con fuerza, otras con tristeza, muchas con esperanza, y en todas ellas, se percibe un anhelo apremiante y amoroso, de que todos, sin excepción, confiemos en Él, plenamente, sin excusas ni demoras. Que nada de lo que el mundo ofrece, vale la pena, porque todo es pasajero, intrascendente y sin valor para Él.
Ser cristiano, no es simplemente estar bautizado, haber recibido la primera Comunión y el Sacramento de la Confirmación; recibir los Sagrados Votos Religiosos; o el Sacramento del Orden Sacerdotal; o creer firmemente en las verdades fundamentales de la Fe cristiana contenidas en el Credo; y además de todo esto, recibir con frecuencia el Sacramento de la Reconciliación; o asistir con asiduidad a la Santa Misa y recibir la Comunión.

Jesús en Sus revelaciones, no pone ninguna objeción a lo expuesto anteriormente, como es lógico, todo lo dispuso Él, en el Evangelio; y a sido desarrollado a lo largo de los siglos por nuestra Santa Madre Iglesia; lo que pide, a veces parece incluso, que nos lo suplica, es que hay que llevarlo a cabo de todo corazón, con una total confianza en Él, que nos dejemos llevar de Su mano para que todo lo hagamos por amor a nuestros prójimos y por amor a Él. Sí por amor a Él. Pero ¿cómo se puede amar a alguien que no hemos visto, que no hemos hablado directamente con él, en fin que no le conocemos a fondo? ¡Claro! que sabemos que es el Hijo de Dios, que bajó del Cielo, que renunciando a su condición divina, se hizo hombre, y durante treinta años, vivió en el hogar de José y María, que posiblemente trabajó de carpintero, y que una vez iniciada su vida pública, en los evangelios aparecen numerosos milagros y enseñanzas en forma de parábolas no siempre fáciles de comprender, y discusiones con las castas sacerdotales que no aceptaban Sus enseñanzas; y que todo acabó con su dolorosa Pasión y Muerte, dando cumplimiento a lo escrito por los profetas en el Antiguo Testamento. Y que con su Resurrección y Ascensión a los Cielos después de entregar al Espíritu Santo a sus discípulos les dijo: “Id por todo el mundo y enseñad el Evangelio”

domingo, 22 de enero de 2012

¿Quién era Santa Faustina?

¿Quién era Santa Faustina, la mujer elegida por Jesús, para Su misión? Nació el 25 de Agosto de 1905, en el seno de una familia campesina, pobre y piadosa de la aldea de Glogowiec, siendo la tercera hija entre diez hermanos. En el Santo bautizo se le impuso el nombre de Elena. Desde muy jovencita mantuvo con Jesús una relación de diálogo directo y personal, a través de revelaciones y apariciones frecuentes. Siguiendo las indicaciones de Jesús, se traslada a Varsovia. El 1 de Agosto de 1925, es admitida al postulantado en la Congregación de la Madre de Dios de la Misericordia, y el 30 de Abril de 1926, recibe el hábito y el nombre de Sor María Faustina.

 Mujer sencilla, humilde, obediente, con escasa formación y una frágil salud, vive sus escasos años de vida religiosa, entre labores de cocina, jardinería y portería, en diferentes casas de la Congregación, a las que sus Superioras la enviaban; y los frecuentes ingresos hospitalarios, imprescindibles para restablecer su debilitada salud.
Su diario consta de 6 cuadernos y un apéndice titulado “Mi preparación para la Santa Comunión"

 El 5 de Octubre de 1938, a las once menos cuarto de la noche, Sor María Faustina Kowalska, con 33 años vividos y tras largos sufrimientos soportados con gran paciencia, se fue a la Casa del Padre.
El Papa Juan Pablo II, el 18 de Abril de 1993, beatificó a Sor Faustina; y el 30 de Abril de 2000, la canonizó; y siguiendo el expreso deseo de Jesús, designó como “DOMINGO DE LA MISERICORDIA DIVINA” al primer domingo después del domingo de Resurrección. Juan Pablo II dijo: “La luz del mensaje de la Divina Misericordia, confiado a Santa Faustina por Jesucristo, iluminará al hombre del Tercer Milenio”. “¡Sacerdotes, haced de la Divina Misericordia vuestro programa sacerdotal en este tiempo necesitado como nunca!”

sábado, 21 de enero de 2012

¿Que es la Misericordia Divina?

Pero ¿qué es la Misericordia Divina? Santa Faustina la define con suma claridad, sencillez y profundo conocimiento de la misma, debido a su íntima relación personal con Jesús, escribe lo siguiente: “El Amor de Dios es la flor, la Misericordia es el fruto” (D.949)
Las palabras “Misericordia Divina”, no son nuevas ni en el vocablo Cristiano, ni en el vocablo del pueblo Judío, pueblo elegido directamente por Dios, para llevar a término el plan de salvación para toda la humanidad, que el mismo Dios puso en marcha, inmediatamente después del pecado original que Adán y Eva cometieron.

Prueba de ello, es que a lo largo del Antiguo y Nuevo Testamento, la Misericordia Divina, tal y como la expresa Santa Faustina, se percibe, en toda su extensión y se manifiesta en multitud de ocasiones, en las que Dios mismo se manifiesta, para ayudar, a su pueblo; a sus enviados, los profetas; a los reyes, elegidos por Él; y un largo etc.

Pero si todo ello es tan evidente, tan palpable, tan manifiesto, tan entendido y tan asumido, a lo largo de la historia de la salvación y de la historia del Cristianismo, ¿por qué 1900 años después de Su Crucifixión, Muerte y Resurrección, Jesús, Se manifiesta durante años a Santa Faustina, para mostrarle Su Misericordia, para nombrarle Su secretaria, con la finalidad de que ella escriba todo lo que Jesús le transmite, y la embarque en la laboriosa misión de divulgar la Misericordia Divina a todo el mundo?...


martes, 10 de enero de 2012

JESÚS DE NAZARET

Esta mañana, he comenzado a leer el segundo libro de la trilogía de Jesús de Nazaret, escrito por nuestro Santo Padre Benedicto XVI.
Comienza con la entrada en Jerusalén de Jesús. Después de una pormenorizada descripción, de la compleja y complicada situación política y social, de la época en que Jesús vivió ésta situación; y después de explicar cada uno de los simbolismos que precedieron su entrada en Jerusalén, el Santo Padre escribe:
<< Jesús reivindica, de hecho, un derecho regio. Quiere que se entienda su camino y su actuación sobre la base de las promesas del Antiguo Testamento, que se hacen realidad en Él. El Antiguo Testamento habla de Él, y viceversa: Él actúa y vive de la Palabra de Dios, no según sus propios programas y deseos. Su exigencia se funda en la obediencia a los mandatos del Padre. Sus pasos son un caminar por la senda de la Palabra de Dios.>>
¡Bravo Santo Padre!, con qué destreza y facilidad, ha descrito en pocas palabras, la realidad de la fe cristiana, y lo que debería de ser el comportamiento habitual del cristiano en su vida cotidiana.
Si leyéramos habitualmente la Sagrada Escritura, como no se cansa de pedir Nuestra Santísima Madre la Reina de la Paz en sus mensajes a los videntes de Medjugorje; si conociéramos bien los Escritos Sagrados y supeditáramos nuestros quehaceres diarios no a nuestros <<propios programas y deseos>>, sino a cumplir fiel y obedientemente <<los mandatos del Padre>>. Y nuestros pasos fuesen <<un caminar por la senda de la Palabra de Dios>>. Si orásemos de corazón y confiáramos plenamente en Dios y nos dejáramos conducir de la mano de Nuestra querida Madre, no me cabe la menor duda, de que cada uno de nosotros nos convertiríamos en portadores de la Buena noticia, y en verdaderos constructores del Reino de Dios aquí en la tierra, y verdadero ejemplo de vida para cuantos nos rodean.

domingo, 1 de enero de 2012

¡Feliz y venturoso 2012!

Que este año que ha comenzado, esté repleto de paz, amor, salud y trabajo. Que seamos capaces de encontrar tiempo para que a través de la oración, permitamos que Jesús entre en nuestro corazón, en nuestra vida, nos llene de amor, y podamos ser sal para este mundo.
¡Jesús en Ti confío!