lunes, 30 de abril de 2012

CONOCER A JESÚS - CAP. 10

Pero, ¿dónde se encuentra el tribunal de la misericordia?...  Jesús continúa diciendo: Para obtener este milagro no hay que hacer una peregrinación lejana ni celebrar algunos ritos exteriores, sino que basta con acercarse con fe a los pies de Mi representante y confesarle con fe su miseria y el milagro de la Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud. (D.1448)

Jesús para acoger a un alma en Su misericordia, no necesita, ni desea, que ésta realice grandes prodigios, ni portentos, ni esfuerzos, ni siquiera… sacrificios. Lo que Jesús necesita y desea, es que el alma tome conciencia de su miseria.

Miseria que puede ser fruto de malas decisiones tomadas, que han causado daño a quien las toma o a otras personas. O quizás sean buenas acciones, que se pudieron hacer, pero no se hicieron. O actos de envidia, de egoísmo, de rencor, de desprecio, de orgullo, de soberbia, de amor propio… O malas acciones que de forma deliberada o no, se han cometido.

Cuando un alma toma conciencia de su miseria, está en disposición, de decidir si continúa por el camino que lleva, sin importarle las consecuencias; o bien, si se planta, analiza, recapacita y reconoce que acumulando miseria, no está en el buen camino, porque no cumple con el principal mandamiento que Jesús nos dejó, el mandamiento del “AMOR”, amor a Dios y amor a los hombres y mujeres, que la rodean.

El alma que sinceramente reconoce la miseria acumulada, y se da cuenta del daño que ha causado o del bien que no hizo, cuando se le presentó la ocasión; siente el peso de la culpa.

El peso de la culpa, puede llevar al alma a tomar la honesta decisión de reparar el daño causado o el bien que no hizo, a los hombres y mujeres que la rodearon.

Con toda seguridad, ese acto le procurará consuelo, alivio, alegría, incluso en ocasiones una inmensa y desbordante alegría, por el perdón recibido y por la reconciliación que ha conseguido.

Pero todas esas sensaciones o emociones, han sido producidas en el ámbito afectivo o sentimental, nuestro consciente o subconsciente, se sentirse liberado, por la paz que inunda, a toda persona que lleva a cabo una buena acción.

El alma es una creación Divina, un tesoro que Dios ha cubierto con un cuerpo humano. Es el sello, la impronta Divina, que nos une a Él.

Con esa alma Dios nos envía un “regalito”, con el que hay que tener mucho cuidado, es “el libre albedrío”.

Sin ese “regalito” el alma sentiría la inagotable necesidad, de estar siempre unida a Él, amándole eternamente, y arrastraría literalmente al ser humano a una adoración permanente, y a un “Amor”, que con toda seguridad, ningún ser humano podría contener ni conocer.

Dios quiere que con “el libre albedrío”, tomemos, nuestras propias decisiones, que evidentemente nos llevarán a realizar cosas buenas y malas. Quiere que aprendamos de nuestras propias experiencias, y que libremente Le amemos o Le rechacemos.

El alma es una sustancialidad divina, que está llamada, predestinada a la vida eterna, por lo tanto es pura, limpia, radiante. Pero a la vez esta contenida, envuelta en un cuerpo humano, limitado, caduco y sujeto a unas necesidades o tendencias mundanas.

Con cada acto de “no amor” que hacemos, no sólo hacemos daño a las personas, también a nuestra alma. No es un daño que se sienta, que se note de alguna manera…, no. Es una impureza, una inmundicia, una miseria, que como una lapa, se pega en la limpia y radiante pureza del alma.

Cuanta más miseria acumula, más indigna se ve a los ojos de Dios; y poco a poco va sintiendo su proximidad al camino de la perdición, camino que como bien sabe, finaliza en territorio reinado por el Maligno.

Si no quiere acabar en el lugar radicalmente opuesto al predestinado, tiene que desear volver a ser digna a los ojos de Dios, tiene que querer recuperar su limpia y radiante pureza.

Ese es el primer paso. El segundo, hacer un examen riguroso del estado en el que se encuentra. El tercero, un firme propósito de cambiar de camino. El cuarto, pedir al Único que ha superado el mal y la muerte, que le limpie todas sus miserias.

Por eso, el Único, Jesús, que está en todo, y no se Le escapa el más mínimo detalle, antes de subir al Cielo, dijo a Sus Apóstoles: <<Lo que atéis en la tierra, quedará atado en el Cielo; lo que desatéis en la tierra, quedará desatado en el Cielo. A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados>>.

Desde ese momento, los Apóstoles de entonces y todos los hombres que sintiendo la llamada de Dios, han dedicado su vida al Sacerdocio, son legítimos representantes de Jesús en la tierra, que continúan con la realización de Su Obra Redentora.

Cuando el alma toma conciencia de todo lo expuesto, y con fe confiesa todas sus miserias a un representante de Jesús, y una vez oídas, le absuelve de sus pecados, esa alma queda limpia y recupera su radiante pureza.

En ese momento, es cuando se produce en toda su plenitud el milagro de la Misericordia Divina; el abrazo de reconciliación entre el alma y Dios su Creador.

Si una reconciliación entre personas, aporta una inmensa alegría y paz en el corazón; cómo describir, el cúmulo de sensaciones, y de percepciones  que un alma liberada de la impureza de sus miserias, siente al recibir el abrazo de perdón y reconciliación, del que es el Amor Eterno, la Bondad Infinita y la Insondable Misericordia Divina.
                                    ¡¡¡Felicidad en estado puro!!!

jueves, 26 de abril de 2012

MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 25-04-12

Mensaje del 25 de Abril de 2012

“Queridos hijos, también hoy os invito a la oración y a que vuestro corazón, hijos míos, se abra a Dios como una flor hacia el calor del sol. Yo estoy con vosotros e intercedo por todos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

miércoles, 25 de abril de 2012

CONOCE A JESÚS, PARTE IX

Con frecuencia se olvida, por qué Jesús derramó Su sangre en la cruz, y por qué, nuestro Padre Dios lo Resucitó de entre los muertos. Entre otros motivos, para mostrarnos, que con la muerte no acaba todo. Si no que comienza una vida, totalmente diferente y plena.

Cuando un alma regresa a la Casa de nuestro Padre Dios, y puede permanecer en Su Presencia, porque ha llegado limpia de pecado; el Amor Misericordioso de Jesús la acoge, para que disfrute eternamente de la Gloria de Dios.

En (D. 1448), Jesús dice: Escribe de Mi misericordia. Di a las almas que es en el tribunal de la misericordia donde han de buscar consuelo; allí tienen lugar los milagros más grandes y se repiten incesantemente.

La tierna y amorosa Divinidad de Jesús, no desea, no quiere, que ninguna alma llegue al tribunal de la justicia, donde a Él, no Le queda otra alternativa, que la de ser Juez Justo.

Sabe muy bien, que llegado ése proceso judicial Divino, donde se pone de manifiesto, todo el bien y el mal que se ha cometido en ésta vida; es muy difícil, por no decir imposible, que un alma haiga alcanzado tal grado de perfección, que por sí misma, consiga entrar directamente, en la Casa del Padre.

Por eso pide insistentemente Jesús, que las almas acudan al tribunal de la misericordia, donde Él, en lugar de juzgar, consuela; donde en lugar de sentencias, concede Su perdón, reparte generosamente y sin escatimar las Gracias que estima conveniente para que cada alma, y la acoge en Su misericordia.

viernes, 20 de abril de 2012

CONOCER A JESÚS - PARTE VIII

El alma que no quiera perder las gracias, que Jesús le tiene destinadas, debe abrirse, con sincera humildad  y con plena confianza a Su Amor Misericordioso.

Humildad sincera, para reconocer sus limitaciones; confianza plena en que sólo el Amor Misericordioso de Jesús, puede transformarlas, con Sus gracias.

El alma que no es humilde, se cree autosuficiente; cree que todo lo hace bien; piensa que puede hacer cualquier cosa que se proponga; que todo vale si consigue su propósito; se siente dueña y señora de todos sus actos, y da por sentado, que a nadie tiene que rendir cuentas.

Confía solamente en sus propias fuerzas y capacidades; cree firmemente que, lo que consigue, es fruto únicamente, de sus propios méritos. No reconoce los dones y gracias que a través de su alma recibe de Dios. Porque para este tipo de alma, Dios es una palabra vacía de contenido, o bien, tiene una idea ficticia o distorsionada de la realidad Divina.

Jesús en su condición Divino-Humano, entregó Su vida en la cruz, en un acto grandioso de Amor, para la salvación de todas las almas. Con su posterior Resurrección, una vez vencida la muerte, nos abrió las puertas del Cielo; nos mostró el verdadero vínculo Paterno-filial, que existe desde el principio de los tiempos entre Dios Padre Creador y el ser humano creado a Su imagen y semejanza.

En estas almas que no son humildes; que viven al margen de la realidad Divina; la presencia de Jesús con Sus Gracias y Dones, no es reconocida, no es admitida; es totalmente relegada, muy a pesar Suyo; por eso, el 30 VI de 1937; Jesús le dijo a Santa Faustina: Hija Mía, has de saber que a las almas soberbias no les concedo Mis gracias y hasta les quito las ya concedidas. (D. 1170)

Aun así, Jesús no da por perdida un alma, no le da la espalda, no escapa; permanece en ella, porque: Hija Mía, has de saber de una vez por todas que solamente el pecado grave Me expulsa del alma, y nada más. (D. 1181)

Jesús nunca nos abandona por Su propio criterio o decisión arbitraria, no. Jesús permanece siempre en nosotros, dándonos en cada momento lo que necesitamos, aunque a veces no estemos de acuerdo según nuestros criterios, o nuestra visión limitada de las cosas.

Jesús que conoce perfectamente la debilidad humana, porque la experimentó, en Su vida terrenal, es comprensivo, paciente y compasivo con las almas; como Buen Pastor, quiere conducirnos a todos, a la Casa de Nuestro Padre Dios, con el firme propósito de no perder ningún alma en el camino.

Pero si un alma, haciendo uso de la libertad que Dios le ha dado, decide caminar por senderos diferentes, y como consecuencia de ello, en lugar de avanzar por el camino del bien, avanza por el camino del mal, será inevitable que ésta alma, termine haciéndose daño a si misma y a otras almas; eso es el pecado.

Evidentemente cuanto más daño se haga a si misma o cause a otras almas, la intensidad del pecado aumenta, pero Jesús, permanece en ella intentando reconducirla; sólo cuando la intensidad del daño causado, llega al nivel de grave, Jesús es expulsado de esa alma.

Aun así, eso no implica que todo esté perdido para esa alma. Si se da cuenta del daño causado, si de corazón se arrepiente y pide con humildad el correspondiente perdón a Dios, Jesús pletórico de alegría y repleto de gracias y de dones, vuelve a ocupar esa alma.
Para que no quede duda alguna, Jesús dice a Santa Faustina: Secretaria Mía, escribe que soy más generoso para los pecadores que para los justos. Por ellos he bajado a la tierra… por ellos he derramado Mi sangre; que no tengan miedo de acercarse a Mí, son los que más necesitan Mi misericordia. (D. 1275

sábado, 14 de abril de 2012

MAÑANA, DOMINGO 15 DE ABRIL... ¡¡¡FIESTA!!! ESTAS INVITADO/A

¡¡¡DOMINGO DE LA MISERICORDIA!!!

Desde los primeros apartados del Diario de Santa Faustina, Jesús, pide insistentemente, que se haga todo lo posible, para que la Iglesia proclame, el primer domingo después del Domingo de Resurrección, como “Domingo de la Fiesta de la Misericordia Divina”.

Jesús, desde Febrero de 1931, estuvo esperando pacientemente, hasta el 30 de Abril del 2000, fecha en que nuestro querido Beato Juan Pablo II, canonizó a Santa Faustina, y oficial y públicamente cumplió el expreso deseo de Jesús de proclamar el primer domingo después del Domingo de Resurrección, como “Domingo de la Misericordia Divina”

En qué consiste ésta Fiesta, Jesús, lo describe en el siguiente apartado:

D. 699.- Una vez, oí estas palabras: Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales  fluyen  las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a Mí, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.

¿Qué decir después de semejante exposición?... Simplemente animaros a meditar éstas palabras, y a que no dejéis pasar ésta oportunidad, que sólo, un día al año nos ofrece Jesús, para que nuestro espíritu quede limpio, de todas nuestras faltas, ofensas, pecados, imperfecciones, malas acciones, etc.

Jesús, en la Veneración a la Misericordia Divina, bien sea en la contemplación de Su Imagen, en el Rezo de la Coronilla, o en el Rezo de la Hora de la Misericordia (o Rezo de la Oración de las tres de la tarde), todos los días, colma de bienes y gracias, materiales y espirituales, a todos los que confiamos en Él. Todo devoto de ésta Veneración, lo sabe muy bien, porque la Bondad y la Misericordia Divina de Jesús inundan a todos los que Le siguen, y eso se vive, se siente, se palpa espiritualmente, y se manifiesta y redunda en todo lo que emprendemos.

Pero el “Domingo de la Misericordia Divina”, Jesús, quiere que sea una explosión de alegría y de júbilo de toda Su Iglesia, de todos los Bautizados en Cristo Jesús, de todos los alejados, Bautizados o no, Él “Abre las entrañas de Su Misericordia”, para acoger a todos, para “Darse” a “TODOS”, para dejarnos limpios de espíritu y reconfortados corporalmente.

¡Anímate a participar en ésta Fiesta!, Jesús el Amigo que nunca falla, es el Anfitrión que te invita y te está esperando…

¡¡¡EL DOMINGO ESTÁS INVITADO A UNA FIESTA!!!

¡¡¡DOMINGO DE LA MISERICORDIA!!!

Desde los primeros apartados del Diario de Santa Faustina, Jesús, pide insistentemente, que se haga todo lo posible, para que la Iglesia proclame, el primer domingo después del Domingo de Resurrección, como “Domingo de la Fiesta de la Misericordia Divina”.

Jesús, desde Febrero de 1931, estuvo esperando pacientemente, hasta el 30 de Abril del 2000, fecha en que nuestro querido Beato Juan Pablo II, canonizó a Santa Faustina, y oficial y públicamente cumplió el expreso deseo de Jesús de proclamar el primer domingo después del Domingo de Resurrección, como “Domingo de la Misericordia Divina”

En qué consiste ésta Fiesta, Jesús, lo describe en el siguiente apartado:

D. 699.- Una vez, oí estas palabras: Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales  fluyen  las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a Mí, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.

¿Qué decir después de semejante exposición?... Simplemente animaros a meditar éstas palabras, y a que no dejéis pasar ésta oportunidad, que sólo, un día al año nos ofrece Jesús, para que nuestro espíritu quede limpio, de todas nuestras faltas, ofensas, pecados, imperfecciones, malas acciones, etc.

Jesús, en la Veneración a la Misericordia Divina, bien sea en la contemplación de Su Imagen, en el Rezo de la Coronilla, o en el Rezo de la Hora de la Misericordia (o Rezo de la Oración de las tres de la tarde), todos los días, colma de bienes y gracias, materiales y espirituales, a todos los que confiamos en Él. Todo devoto de ésta Veneración, lo sabe muy bien, porque la Bondad y la Misericordia Divina de Jesús inundan a todos los que Le siguen, y eso se vive, se siente, se palpa espiritualmente, y se manifiesta y redunda en todo lo que emprendemos.

Pero el “Domingo de la Misericordia Divina”, Jesús, quiere que sea una explosión de alegría y de júbilo de toda Su Iglesia, de todos los Bautizados en Cristo Jesús, de todos los alejados, Bautizados o no, Él “Abre las entrañas de Su Misericordia”, para acoger a todos, para “Darse” a “TODOS”, para dejarnos limpios de espíritu y reconfortados corporalmente.

¡Anímate a participar en ésta Fiesta!, Jesús el Amigo que nunca falla, es el Anfitrión que te invita y te está esperando…

lunes, 9 de abril de 2012

LA ORACIÓN DE LAS TRES DE LA TARDE, O LA HORA DE LA MISERICORDIA

ORACIÓN:

“EXPIRASTE, JESÚS, PERO LA FUENTE DE VIDA BROTÓ PARA LAS ALMAS Y EL MAR DE MISERICORDIA SE ABRIÓ PARA EL MUNDO ENTERO. OH FUENTE DE VIDA, INSONDABLE MISERICORDIA DIVINA, ABARCA AL MUNDO ENTERO Y DERRÁMATE SOBRE NOSOTROS”. (D.1319)

Esta oración de Santa Faustina, es la que se conoce como la Hora de la Misericordia; o como la oración de las tres de la tarde; hora en que Jesús de Nazaret murió en la cruz.

La oración brota espontáneamente del corazón de Santa Faustina, después de una profunda y hermosa conversación con Jesús, que se describe entre los apartados D. 1312 y D. 1320, de los que sólo voy a extraer las palabras de Jesús, que mejor definen y expresan la importancia y el sentido de ésta oración.

D. 1316.- 1 X 1937 Hija Mía, necesito sacrificios hechos por amor; porque sólo éstos tienen valor para Mí. Es grande la deuda del mundo contraída Conmigo, la pueden pagar las almas puras con sus sacrificios, practicando la misericordia espiritualmente.

Cuando Jesús habla de sacrificios, no debemos entender éstos bajo la premisa del sobre esfuerzo humano o de la mortificación corporal, no. Jesús nunca pide más de lo que podemos dar, Él nos conoce bien, y sabe nuestras debilidades y nuestras limitaciones.

Lo que Jesús nos pide con la palabra sacrificios, es simplemente pequeños, medianos o grandes esfuerzos personales, teniendo siempre en cuenta nuestras propias capacidades, posibilidades, debilidades y limitaciones; con la finalidad de hacer algo bueno, necesario y de corazón por y para los demás. Esto es lo que sencillamente se conoce como, actos de misericordia.

Para que nadie pueda verse imposibilitado para hacer un acto de misericordia, Jesús dio a Santa Faustina tres formas de practicar la misericordia. Son las siguientes:

Te doy tres formas de ejercer la misericordia al prójimo: la primera – la acción, la segunda – la palabra, la tercera – la oración. (D. 742).

Con éstas tres formas de practicar la misericordia, se podría aplicar el dicho de que: <<Nadie es lo suficientemente rico, como para no necesitar un acto de misericordia; y nadie es lo suficientemente pobre, como para no poder hacer  un acto de misericordia>>.

Un vez más Jesús nos muestra Su Bondad Infinita, pone a nuestro alcance, un amplio abanico de posibilidades de hacer actos de misericordia, para que de inmediato, podamos recibir Su Misericordia.

Por lo tanto la oración de la Hora de la Misericordia, o de las tres de la tarde es un acto de misericordia, que cualquiera puede hacer.

En D. 1317 Continúa Jesús: Escríbelo para muchas almas que a veces se afligen por no tener bienes materiales, para practicar con ellos la misericordia. Sin embargo, el mérito mucho más grande lo tiene la misericordia espiritual que no necesita ni autorización ni granero siendo accesible a cualquier alma. Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá Mi misericordia en el día del Juicio.

Poco después dice en, D. 1320.- A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía. Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión…

Para finalizar expone en D.1572.- Te recuerdo, hija Mía, que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia.

Jesús no quiere bajo ningún concepto tener que juzgarnos, al final de nuestra vida terrena. Quiere por todos los medios recibirnos con los brazos abiertos y acogernos en Su Misericordia Insondable. Que esto último suceda depende única y exclusivamente de nosotros.

viernes, 6 de abril de 2012

HOY VIERNES SANTO COMIENZA LA NOVENA A LA MISERICORDIA DIVINA

VIERNES SANTO

INICIO

NOVENA A LA MISERICORDIA DIVINA

El origen de ésta novena lo encontramos en el Diario de Santa Faustina, en él leemos los siguientes textos:

D. 476.- A la mañana siguiente (1), cuando entré en nuestra capilla, oí esta voz interior: Cuantas veces entres en la capilla, reza en seguida esta oración que te enseñé ayer. Cuando recé esta plegaria, oí en el alma estas palabras:

 Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, de modo siguiente:

Primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras:

Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras:

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

 Para terminar, dirás tres veces estas palabras:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

(1) 14 de Septiembre de 1935 (día de celebración de la Exaltación de la Santa Cruz)

El nombre que Jesús puso a esta oración que enseñó a Santa Faustina es el de Coronilla; la importancia que Jesús da a ésta oración en muy grande como vemos en el siguiente apartado del Diario:

             El 9 de diciembre de 1936, escribe Santa Faustina:

D. 796.- El Señor me dijo rezar esta coronilla durante nueve días antes de la Fiesta de la Misericordia. Debe iniciarse el Viernes Santo. Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias.

            La Fiesta de la Misericordia a la que Jesús hace mención en éste apartado, forma parte de una petición expresa, que hizo a Santa Faustina en otro apartado del Diario, donde solicita que la Iglesia designe al primer domingo después del domingo de Resurrección, como “Domingo de la Misericordia Divina”

            El Beato Juan Pablo II, dio cumplimiento a ésta petición de Jesús, el 30 de Abril del 2000, día en que canonizó a la Beata Mª Faustina Kowalska.
            El Beato Juan Pablo II, fue un gran devoto de la Veneración a la Misericordia Divina, rezaba con frecuencia la Coronilla, y dedicó mucho tiempo y esfuerzo en impulsar la devoción de ésta Veneración. Jesús le recompensó su Veneración, llevándoselo a la Casa del Padre el 2 de Abril de 2005, minutos después de finalizar la celebración de la Santa Misa vespertina del Domingo de la Misericordia Divina, celebrada en sus aposentos

jueves, 5 de abril de 2012

MAÑANA VIERNES SANTO COMIENZA LA NOVENA A LA MISERICORDIA DIVINA

VIERNES SANTO

INICIO

NOVENA A LA MISERICORDIA DIVINA

El origen de ésta novena lo encontramos en el Diario de Santa Faustina, en él leemos los siguientes textos:

D. 476.- A la mañana siguiente (1), cuando entré en nuestra capilla, oí esta voz interior: Cuantas veces entres en la capilla, reza en seguida esta oración que te enseñé ayer. Cuando recé esta plegaria, oí en el alma estas palabras:

 Esta oración es para aplacar Mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, de modo siguiente:

Primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras:

Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.

En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras:

Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

 Para terminar, dirás tres veces estas palabras:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.

(1) 14 de Septiembre de 1935 (día de celebración de la Exaltación de la Santa Cruz)

El nombre que Jesús puso a esta oración que enseñó a Santa Faustina es el de Coronilla; la importancia que Jesús da a ésta oración en muy grande como vemos en el siguiente apartado del Diario:

             El 9 de diciembre de 1936, escribe Santa Faustina:

D. 796.- El Señor me dijo rezar esta coronilla durante nueve días antes de la Fiesta de la Misericordia. Debe iniciarse el Viernes Santo. Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias.

            La Fiesta de la Misericordia a la que Jesús hace mención en éste apartado, forma parte de una petición expresa, que hizo a Santa Faustina en otro apartado del Diario, donde solicita que la Iglesia designe al primer domingo después del domingo de Resurrección, como “Domingo de la Misericordia Divina”

            El Beato Juan Pablo II, dio cumplimiento a ésta petición de Jesús, el 30 de Abril del 2000, día en que canonizó a la Beata Mª Faustina Kowalska.
            El Beato Juan Pablo II, fue un gran devoto de la Veneración a la Misericordia Divina, rezaba con frecuencia la Coronilla, y dedicó mucho tiempo y esfuerzo en impulsar la devoción de ésta Veneración. Jesús le recompensó su Veneración, llevándoselo a la Casa del Padre el 2 de Abril de 2005, minutos después de finalizar la celebración de la Santa Misa vespertina del Domingo de la Misericordia Divina, celebrada en sus aposentos

martes, 3 de abril de 2012

MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE

Mensaje del 2 de Abril de 2012

“Queridos hijos, como Reina de la Paz deseo daros a vosotros, mis hijos, la paz, la verdadera paz que viene del Corazón de Mi Hijo Divino. Como Madre oro para que en vuestros corazones reine la sabiduría, la humildad y la bondad: que reine la paz, que reine Mi Hijo. Cuando Mi Hijo sea el soberano en vuestros corazones, podréis ayudar a los demás a conocerlo. Cuando la paz del cielo os conquiste, aquellos que la buscan en lugares equivocados, dando de esta manera dolor a Mi Corazón materno, la reconocerán. Hijos míos, grande será mi alegría cuando pueda ver que acogéis mis palabras y deseáis seguirme. No tengáis miedo, no estáis solos. Entregadme vuestras manos y yo os guiaré. No olvidéis a vuestros pastores. Orad para que sus pensamientos estén siempre con Mi Hijo, que los ha llamado para que lo testimonien. Os lo agradezco!”