jueves, 27 de marzo de 2014

+ REFLEXIONES SOBRE EL ENCUENTRO NACIONAL DE LA COMUNIDAD DEL CENÁCULO DEL PASADO 7 Y 8 DE MARZO



El retiro de este fin de semana nos ha servido para afianzar lo que la Comunidad nos ha ido enseñando en este tiempo y para entender mejor algunas cosas que nos cuesta más asimilar, de la mano, tanto de los demás padres, como de los sacerdotes -padre Carlos, padre Gabriel y padre Eugenio- que son una verdadera bendición de Dios. Ellos nos han hecho ver cómo nuestra herida, la herida de nuestros hijos y la nuestra, son un regalo por donde entra la Gracia. Esto, que puede resultar doloroso, puesto que hablamos del sufrimiento de nuestra hija, antes que el nuestro, podemos ver que en nuestra experiencia está siendo así, del dolor de la cruz ha manado la Gracia que nos está llevando por el camino de la conversión. Jesucristo nos dice también hora como decía entonces: “tu fe te ha salvado”, y eso es lo que realmente va a salvar tanto a nuestros hijos como a nosotros mismos: la fe, nuestra conversión.
Por eso es tan importante que seamos perseverantes en la oración, pidiendo a Dios cada día que aumente nuestra fe, y perseverantes también en el “camino de los padres” que Madre Elvira nos propone. Este encuentro ha sido, de hecho, un paso más en ese camino que nosotros comenzamos a recorrer cuando nuestra hija entró en comunidad hace dos años. Entonces no comprendíamos el cómo ni el porqué del "camino de los padres". No entendíamos cual sería este nuevo papel nuestro en el proceso que nuestra hija acababa de comenzar. Nos explicaron que la Comunidad no pedía cuotas y que “a cambio” lo que nos pide es que nos esforcemos en nuestra conversión, concretado en la frase de Madre Elvira: “padres convertidos, hijos salvados”. Así que aceptamos este “trato” y nos pusimos manos a la obra ¡a por la conversión! Ya sabéis... la oración, el Rosario, los encuentros de padres... Pronto nos dimos cuenta de que la conversión no es un estado que se pueda alcanzar, ni una situación a revertir o un lugar al que llegar, sino que es un camino que hay que recorrer "pasito a pasito", una  forma de entender la vida, una nueva forma de vida que nos propone tanto la Comunidad como la Iglesia.
Este encuentro nos ha ayudado a comprender mejor esta propuesta de la Comunidad, a comprender más que el tiempo que nuestros hijos están en comunidad es un tiempo para ellos pero también es un tiempo que el Señor nos da a nosotros sus padres para que hagamos a la vez nuestro camino, para que "multipliquemos los talentos". Y que, cuando llegue la “verifica”, será también nuestra “verifica” y juntos padres, familia e hijos sumemos los "talentos" obtenidos, comprobemos si alcanzan para "saldar la cuenta" y podamos observar con alegría el camino recorrido y afrontar con esperanza el resto del camino pendiente de recorrer, al que el Señor nos ha llamado.
Para nosotros el encuentro de este fin de semana ha sido un paso más en ese camino. Un gran paso. En estos días ha habido momentos muy bonitos de convivencia, enriquecedores en las catequesis, emotivos en los grupos de compartir, muy intensos en las Eucaristías y hemos sentido una gran presencia del Espíritu Santo, sobre todo, en los momentos de Adoración. El encuentro nos ha ayudado a comprender un poco más cómo y qué es la Comunidad, a comprender que no es un lugar terapéutico donde se entrega al hijo para que reciba su tratamiento curativo. Que no hay tratamiento ni terapia, ni una técnica medida o sistema calibrado para la curación de los chicos ni tampoco para los padres. Hay una propuesta de cómo afrontar la vida en adelante, para padres e hijos. Una propuesta que es la propuesta de Cristo, de Nuestra Madre la Iglesia y de la Comunidad: la conversión.
Damos gracias a Dios por todo lo que hemos vivido en estos intensos días, por todas las personas con las que lo hemos compartido y por todas aquellas que, aun no pudiendo estar presentes, estaban en nuestros corazones. Por los sacerdotes y los que se han esforzado en los preparativos para que todo haya salido perfecto. Además ha sido un lujo contar con los ragazzi della Comunitá que con sus músicas y cánticos han hecho más hermosos y alegres cada uno de los momentos del encuentro.
¡Que Dios bendiga a la Comunitá Cenacolo por años sin término!

Carmen y Jesús.

miércoles, 26 de marzo de 2014

+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 25-03-14



 “¡Queridos hijos! Os invito de nuevo: comenzad la lucha contra el pecado como en los primeros días, id a la confesión y decidíos por la santidad. El amor de Dios fluirá al mundo a través de vosotros, la paz reinará en vuestros corazones y la bendición de Dios los llenará. Yo estoy con vosotros y ante mi Hijo Jesús intercedo por todos vosotros. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!

miércoles, 19 de marzo de 2014

+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE A MIRJANA 18-03-14




“Queridos hijos, como Madre deseo ayudaros, deseo ayudaros con mi amor materno para que abráis vuestro corazón y en él, pongáis a mi Hijo en el primer lugar. Deseo que, a través de vuestro amor a mi Hijo y por medio de vuestra oración, resplandezca en vosotros la luz de Dios y os llene la misericordia de Dios. Deseo, de esta manera, ahuyentar las tinieblas y la sombra de muerte que desea envolveros y seduciros; deseo que sintáis la alegría de la bendición de la promesa de Dios. Vosotros, hijos de los hombres, vosotros sois hijos de Dios, vosotros sois mis hijos. Por eso, hijos míos, id por los caminos donde mi amor os conduce: os enseña la humildad, la sabiduría y os hace encontrar el camino hacia el Padre Celestial. Orad conmigo por aquellos que no me aceptan y no me siguen. Debido a la dureza de su corazón, no pueden sentir la alegría de la humildad, de la devoción, de la paz y del amor, la alegría de mi Hijo. Orad para que vuestros pastores, con sus manos benditas, os den siempre la alegría de la bendición de Dios. ¡Os doy las gracias!”

lunes, 3 de marzo de 2014

+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 02-03-14



“Queridos hijos, vengo a vosotros como Madre y deseo que en mí, como Madre, encontréis refugio, consuelo y descanso. Por lo tanto, hijos míos, apóstoles de mi amor, orad. Orad con humilde devoción, con obediencia y con plena confianza en el Padre Celestial. Tened confianza como yo la tuve, cuando me dijeron que iba a traer la Bendición prometida. Que de vuestro corazón a vuestros labios llegue siempre un: “¡Hágase Tu voluntad!” Por lo tanto, tened confianza y orad, para que pueda interceder por vosotros ante el Señor, a fin de que Él os dé la bendición celestial y os llene del Espíritu Santo. Entonces podréis ayudar a todos aquellos que no conocen al Señor; vosotros, apóstoles de mi amor, los ayudaréis a que con plena confianza puedan llamarlo “Padre”. Orad por vuestros pastores y confiad en sus manos benditas. ¡Os doy las gracias!”!