lunes, 29 de junio de 2015

+ "LA FUERZA ESTÁ EN EL AMOR"

“¡La fuerza está en el amor!”

45«Pero recuerden: ¡la fuerza está en el amor! Hijos míos, el amor es arrepentimiento, perdón, oración, sacrificio y misericordia. Si saben amar con las obras convertirán a los demás, permitirán que la luz de mi Hijo penetre en las almas.» 
Bueno, para quien quiere cambiar y ayudarse a sí mismo y ayudar a la Madre,  además de la confianza, la oración y el ayuno debe abrirse al amor. Sin amor no se camina a la felicidad. Pero el amor, está vez, la Madre lo define con conceptos específicos: primero arrepentimiento. Esto significa que se comienza con la contrición, la compunción de haber fallado, y luego con el perdón.
El arrepentimiento es el reconocimiento ante Dios de las faltas cometidas. Es humillarse ante Él. Todos erramos, pero no todos se arrepienten de lo que hacen, solo quien está dispuesto amar. Es lo que enseña la Virgen en este mensaje. Y cuando uno se arrepiente y pide perdón, luego vienen las obras. ¡Esto es importante destacarlo! Porque la razón por la que muchos no evangelizan es por el pecado en el que viven, y por lo mismo la Virgen invita al arrepentimiento y al perdón. Perdonarse a sí mismo, pedir perdón y perdonar. Todo lo relacionado con el perdón. De lo contrario el corazón no se purifica, no cambia para el bien.
También habla de que el amor es sacrificio y misericordia. Pero obsérvese que son conceptos teológicos y no sentimentales. Porque el amor al que la Virgen se refiere es el amor evangélico y no el de las novelas, de las historias de amor interpersonal. Por lo tanto, amar es mucho más que un sentimiento, conlleva sacrificio y también misericordia, ponerse en lugar del que sufre. Es dejar lo propio para vivir el dolor del hermano, pero no del que elijo sino de todo mi prójimo, del que me está cerca en mi cotidianidad. Es el amor lo que nos conduce a romper con la miseria del egoísmo y trabajar por las almas. Y para ello hay que sacrificar gustos, placeres, criterios, comportamientos, planes…
Rosas para la Gospa | 29 junio, 2015 en 9:44 AM | Categorías: Sin categoría | URL: http://wp.me/p16DH0-2Gz

domingo, 28 de junio de 2015

+ “Desea que tu corazón sea la sede de Mi misericordia”

La respuesta a la segunda pregunta ¿Cuál es su finalidad?, la encontramos a continuación: Hija mía, desea que tu corazón sea la sede de Mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre el mundo entero a través de tú corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede retirarse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas. Reza, cuanto puedas, por los agonizantes, impetra para ellos la confianza en Mi misericordia, porque son ellos los que más necesitan la confianza quienes la tienen muy poca. Has de saber que la gracia de la salvación eterna de algunas almas en el último momento dependió de tu oración. Tú conoces todo el abismo de Mi misericordia, entonces recoge de ella para ti y especialmente para los pobres pecadores. Antes el cielo y la tierra se vuelvan a la nada, que Mi misericordia deje de abrazar a un alma confiada.

Una vez que hemos encontrado Su Amor y Su consuelo, y hemos podido percibir aunque sea mínimamente, cómo nuestras miserias se hunden en Su Misericordia, a la vez que nos sentimos acogidos, confortados y amados sin límite ni medida; que comprobamos que realmente hay Alguien, que nos comprende, porque también Él sufrió nuestra condición humada; nos acepta, porque Su Infinita Misericordia, es totalmente incompatible con el reproche y con el rechazo; que nos ama tal y como somos, porque Su Corazón es el fruto del Amor de Dios. Lo único que nos pide es: Hija Mía, desea que tu corazón sea la sede de Mi misericordia.

Después de tanta Bondad y Misericordia entregada, no pide nada a cambio, no exige nada, no impone nada; simplemente espera pacientemente, mientras sufre todas nuestras infidelidades e ingratitudes, hasta que un día deseemos libremente que nuestro corazón sea la sede de Su Misericordia.

Con el Sacramento del Bautismo, se elimina el pecado original, para que podamos ser dignos de recibir el Espíritu Santo, y que nuestro cuerpo, como dice San Pablo se convierta en <<templo del Espíritu Santo>>.

Jesús espera ardientemente, que a lo largo de nuestra vida, Le conozcamos, Le deseemos, Le digamos: “Jesús, en Ti confío”, y Le habilitemos nuestro corazón como sede permanente de Su Misericordia, para que corrija y elimine todas nuestras imperfecciones y conductas equivocadas para convertirnos no sólo en portadores, sino en divulgadores y dispensadores de Su Misericordia hasta el fin de nuestros días.

Por eso a continuación Le dice: Deseo que ésta misericordia se derrame sobre el mundo entero a través de tú corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede retirarse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas.

Jesús desea que le permitamos derramar Su misericordia al mundo entero a través de nuestros corazones, desea que colaboremos eficazmente en transmitir los consuelos, las dulzuras y las delicias de Su Corazón Misericordioso, tierno, acogedor y lleno de Amor.

Lo que en definitiva Jesús anhela de nosotros, lo entendió perfectamente San Juan Pablo II y lo mandó escribir en los millones de estampas que durante su Pontificado, distribuyó con la Imagen de Jesús Misericordioso, la frase contenía las siguientes palabras: “Sed apóstoles de la Divina Misericordia”. El Vicario de Cristo en la Tierra, sintetizó en sólo seis palabras, la finalidad de los mensajes de Jesús a Santa Faustina.



viernes, 26 de junio de 2015

+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 25-06-2015



«¡Queridos hijos, también hoy el Altísimo me concede la gracia de poderos amar y de llamaros a la conversión. Hijos míos, que Dios sea vuestra mañana, no la guerra ni el desasosiego, no la tristeza sino la alegría y la paz deben reinar en los corazones de todos los hombres, y sin Dios nunca podrán encontrar la paz. Hijos míos, por eso regresad a Dios y a la oración para que vuestro corazón cante con alegría. Yo estoy con vosotros y os amo con inmenso amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!»

jueves, 25 de junio de 2015

+ ¡GOSPA YO CONFÍO EN TI!

Estampa Gospa yo confio en ti
Gospa yo confío en ti…
¿Por qué te agitas y confundes antes los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te saldrá mejor. Cuando te abandones en Mí de todo corazón todo se resolverá con tranquilidad según los designios de Mi Hijo. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos y dime con calma: Madre yo confío en ti.
Evita las preocupaciones y angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas. Déjame a mí ser tu Madre y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deposita en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente:
Madre yo confío en ti.
Lo que más daño te hace es tu razonamiento, tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: Madre yo confío en ti, no seas como el paciente que pide al médico que lo cure pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos maternales, no tengas miedo: Yo te amo. Si crees que las cosas empeoran o complican a pesar de tu oración, sigue aún confiando, cierra los ojos del alma y confía aún más. Continúa diciéndome a toda hora: Madre yo confío en ti.
Necesito tener las manos libres para obrar. No me las ates con tus preocupaciones infantiles. El enemigo no quiere sino eso: agitarte, angustiarte y quitarte la paz. Confía  en Mí, reposa en Mí, abandonándote en Mí. Yo consigo de Mi Hijo los milagros en proporción del abandono y la confianza que tu tengas en Mí. Así que no te preocupes, confíame todas tus angustias y quédate tranquilo, sólo dime a toda hora: Madre yo confío en ti. Vas a ver luego los milagros, te los estoy prometiendo porque soy tu Madre y te Amo.
¡Si supieras cuánto TE AMO llorarías de alegría!

lunes, 22 de junio de 2015

+ ¿QUÉ ES LA MISERICORDIA Y EN QUÉ CONSISTE SU FRUTO?

 El Amor de Dios es la flor, la Misericordia es el fruto” (D. 949). Pero ¿Qué es la Misericordia, y en qué consiste su fruto? ¿Cuál es su finalidad?
El segundo atributo es la Misericordia. Hemos visto antes que para Santa Faustina “

Jesús da respuesta a estas dos preguntas, en una revelación, que ella escribe finalizando el sexto y último cuaderno, y la titula como: “+ Conferencia sobre la misericordia” (D. 1777) Como respuesta a la primera pregunta: Has de saber, Hija Mía, que Mi corazón es la Misericordia Misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre el mundo entero. Ningún alma que se haya acercado a Mí, se ha retirado sin consuelo. Toda miseria se hunde [en] Mi misericordia y de este manantial brota toda gracia, salvadora y santificante.

Antes de que Santa Faustina, se vea imposibilitada de seguir escribiendo en su Diario, por la evolución desfavorable de su delicada salud; parece que Jesús, a modo de resumen o de declaración final, quiere dejar muy claro, en qué han consistido, todas las conversaciones, apariciones, revelaciones, promesas y experiencias sentidas o vividas, escritas en el Diario.

En primer lugar, hace constar con firmeza y rotundidad, que más allá, de cualquier concepto, descripción o definición sobre la misericordia, como idea, atributo o consecuencia de las múltiples alianzas, perdones y reconciliaciones, entre Dios y el Pueblo elegido, dice que Su Corazón es la Misericordia Misma.

Es decir el corazón, órgano vital para el ser humano, que identificamos como símbolo del amor y motor fundamental para el desarrollo de nuestra vida; vida que se acaba en cuanto dejamos de sentir sus latidos.

Su Corazón, la Misericordia Misma, tiene que convertirse en motor fundamental para el desarrollo de nuestra vida espiritual, tenemos que sentir y vivir Su Amor, tenemos que sentir y vivir con fuerza, al ritmo de los latidos de Su Corazón, y no apartarnos ni alejarnos de ellos, o inexorablemente nos acercaremos al Abismo tenebroso y aterrador, del que Él siempre quiere alejarnos.

En segundo lugar afirma, que: De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre el mundo entero.

Es decir de la misma manera, que el Sol sale todos los días para los buenos y los malos; para los justos y los injustos; Sus gracias, las derrama para todos, pero en éste caso con más predilección, por los que no son buenos ni justos; y particularmente las derrama generosa y abundantemente para todos los pecadores, especialmente para los pecadores empedernidos. Con la esperanza puesta en que éstos, sientan los latidos de Su Corazón, perciban Su Amor y se alejen del tenebroso y aterrador Abismo.

En tercer lugar confirma, que: Ningún alma que se haya acercado a Mí, se ha retirado sin consuelo. Toda miseria se hunde [en] Mi misericordia y de éste manantial brota toda gracia, salvadora y santificante.

Que maravillosa e incomprensible locura de Amor, por nosotros. No importa el mal que hayamos causado, no importa el bien que hayamos dejado de hacer, no importa las atrocidades y pecados que hayamos cometido. Si escuchamos los latidos de Su corazón, por muy suaves, lejanos o imperceptibles que nos lleguen, si lejos de asustarnos por la negrura y el peso abrumador de nuestras faltas, ofensas y pecados; escuchamos con atención la llamada latente y amorosa de Su Corazón, y con paso, en un principio quizás inseguro y vacilante, avanzamos a Su encuentro, con nuestro corazón, apesadumbrado, dolorido, resentido o roto por las vicisitudes que nos ha tocado vivir o por las decisiones que libremente hemos tomado y que no han sido acertadas; o simplemente a conciencia las hemos hecho mal; si nos acercamos a Él, siempre encontraremos Su Amor y Su consuelo.

Y si toda esa negrura y peso abrumador con que nos acercamos a Él; humildemente arrepentidos y confiados se lo entregamos; hundirá nuestras miserias en Su Misericordia, y de ése manantial brotará la gracia salvadora y santificante, que nos redimirá de nuestros pecados y hará de nosotros personas nuevas.


viernes, 19 de junio de 2015

+ "TRATA DE CONOCER A DIOS A TRAVÉS DE MEDITAR SUS ATRIBUTOS"



Hemos leído, cómo se presentó Jesús a Santa Faustina; cómo le mandó pintar la Imagen que ella vio. Ella no era pintora, pero su director espiritual, le presentó a un pintor, Eugene Kazimierowski, que él conocía y al que encargaron el lienzo. En su Diario, escribe lo siguiente: << Una vez, cuando estaba en [el taller] de aquel pintor que pintaba esa imagen, vi que no era tan bella como es Jesús. Me afligí mucho por eso, sin embargo lo oculté profundamente en mi corazón. Cuando salimos del taller del pintor, la Madre Superiora se quedó en la ciudad para solucionar diferentes asuntos, yo volví sola a casa. En seguida fui a la capilla y lloré muchísimo. Le dije al Señor: ¿Quién Te pintará tan bello como Tú eres? Como respuesta oí estas palabras: No en la belleza del color, ni en el pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia. >> (D. 313)

Supongo que no debe ser fácil para un pintor, por muy experimentado que éste sea, plasmar en un lienzo lo que otra persona ha visto. Cuánto más difícil, por no decir imposible, debe ser reflejar la Divinidad de Jesús.

No obstante, a partir de lo sucedido en el taller del pintor, y de las palabras en la capilla; Jesús en un acto de inmensa ternura y delicadeza, se presenta a Santa Faustina << con el mismo aspecto que tiene en esta imagen >>, frase que repite con frecuencia en su Diario, cuando Jesús se aparece ante ella.
Por lo tanto Jesús da su aprobación o visto bueno, a la Imagen con que desea que Le identifiquemos; para que se divulgue, y que todos conozcan su aspecto físico.

Sin embargo, conocer, sentir o vivir, la divinidad de Jesús, en todas las facetas y perfecciones de Su dimensión Divina, es, simplemente, imposible para un ser humano, que por su naturaleza, es imperfecto, limitado y está sujeto a las leyes de la temporalidad de su existencia en la Tierra. En su Diario, escribe Santa Faustina: << Y de aquel resplandor se oyó la voz: Quién es Dios en su esencia, nadie lo sabrá, ni una mente. Jesús me dijo: Trata de conocer a Dios a través de meditar sus atributos. >> (D: 30)

Si leemos detenidamente los Evangelios; podemos observar en el Nacimiento de Jesús, y con posterioridad en su vida pública, tres cualidades o atributos de Dios, fundamentales, que en las revelaciones a Santa Faustina, pueden apreciarse claramente en su Diario.

El primer atributo es el Amor. Dios para dar cumplimiento a la promesa de salvación del pueblo judío, realizada a nuestros antepasados en el Antiguo Testamento; realiza el acto más sublime de Amor, enviando al Espíritu Santo a un pueblecito de Judea, llamado Nazaret, para que con su manto cubriera a una jovencita llamada María, que previamente con su, “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” aceptó incondicionalmente llevar en su seno al Hijo de Dios y convertirse en la Madre del Salvador.

Esta consecuencia del Amor de Dios, que es Jesús, años más tarde, afirmaría públicamente, que Dios, le había enviado; que Dios es nuestro Padre; un Padre cercano, comprensivo, respetuoso con nuestro libre albedrío a pesar de los sufrimientos que le causamos con nuestras decisiones; y lleno de paciencia y de Amor, esperando ansiosamente que con nuestro libre albedrío, decidamos volver a la Casa del Padre, donde Él nos espera; como en la maravillosa parábola del hijo pródigo.

Jesús públicamente también, nos dio el mandamiento del amor: << Amarás al Señor tu Dios, sobre todas las cosas; y a tu prójimo como a ti mismo >>.

Y reconoció que Él es el auténtico << Camino, Verdad, y Vida >>; y que sólo a través de Él, podemos llegar al Padre.

 Reconoce que es un Camino estrecho y angosto. Difícil y duro para nuestra condición humana, me atrevería a decir. Pero lleno de autenticidad, de alegría, de gozo y de paz.

Alegría de comprobar con cada paso, que estamos en el Camino correcto, que lleva al encuentro de nuestro Padre. Alegría al comprobar que con nuestros resbalones, tropiezos y caídas, podemos contar con la ayuda incondicional de Nuestro Salvador y de Nuestra Madre la Virgen María, que siempre nos socorren y atienden.

Gozo de sentir la presencia de Dios más cerca de nosotros, aun cuando Él siempre está en nosotros.

Y paz, esa paz profunda y reconfortante, que ningún vaivén de la vida, puede arrebatarnos, porque está basada en una relación de entera confianza y amor entre el Creador, que con Amor, se entrega a todos; y la creatura, que sin temor, le acoge y le entrega, todas sus debilidades, limitaciones, infidelidades, preocupaciones, sufrimientos y vicisitudes de la vida; con la certeza de que sus oraciones, son permanentemente escuchadas y atendidas por Dios; que siempre, responde con su ayuda.

martes, 16 de junio de 2015

+ NOVENA A MARÍA REINA DE LA PAZ



NOTICIAS DE MEDJUGORJE
16 de Junio de 2015



¿Cuándo y cómo hacer la Novena?

La Novena a María la Reina de la Paz comienza el 16 de junio y termina el 24, Solemnidad del Nacimiento de San Juan Bautista. Recordamos que una Novena es siempre un tiempo de oración, penitencia y conversión como preparación para una gran fiesta. Las Novenas en la Iglesia Católica se popularizaron, encontrando eco en el tiempo de oración que vivió María y los Apóstoles en el Cenáculo de Jerusalén, en la espera pentecostal del Espíritu. Por tanto, cada Novena tiene como fin: introducir a los fieles con María en el Cenáculo para actualizar la gracia de Pentecostés y, por ésta, la renovación de la fe bautismal y crismal.

Concluido el período de oración, penitencia y conversión, celebramos con gozo, cada 25 de junio, la gran fiesta de María Reina de la Paz. Cabe señalar, además, que la Novena que a continuación presentamos, puede rezarse cualquier mes del año, comenzando siempre el día 16 del mes hasta el 24. De esta manera podrá servir de intercesión por la paz y podrá preparar al devoto de María para recibir el próximo mensaje que aún nos trae el 25 de cada mes.

La Virgen espera que durante su Novena, los fieles acudan a la Confesión y recen cada día el santo Rosario. Que además dediquen algún tiempo a la Adoración a Jesús Sacramentado y, de ser posible, asistan a Misa diariamente.

La oración inicial de la Novena, para todos los días, según indicación de la Virgen, es la Oración al Espíritu Santo (véase pág. 52) y la conclusiva: el MAGNIFICAT (pág. 53). Téngase en cuenta que ella misma cada año reza esta oración durante la Novena en Medjugorje. 
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jueves, 11 de junio de 2015

+ LOS DOS RAYOS

Cierto día el confesor de Santa Faustina, le mandó preguntar al Señor Jesús por el significado de los dos rayos que están en esta imagen. La respuesta que recibió durante la oración fue: Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas…Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza. Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios. (D. 299)

Jesús, pone a nuestro alcance los rayos que justifican y dan vida a las almas. Los ofrece como refugio seguro y confortable,  para que la justa mano de Dios, no nos alcance. Y deja a nuestro libre criterio el aceptar esa disponibilidad Suya, o no.

Pero tierna y dulcemente nos dice: Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío. (D. 327) Nos asegura que: Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso que cada alma tenga acceso a ella.

A cambio de todo esto, sólo pide una cosa, que libremente nos decidamos a confiar definitivamente en Él. No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia. (D. 570)

La veneración de su Imagen, es fundamental para la divulgación de la Misericordia divina. El 10 XI [1937], Jesús, hizo saber interiormente a Santa Faustina que: Ya muchas almas han sido atraídas a Mi amor por esta imagen. Mi misericordia actúa en las almas mediante esta obra. (D. 1379)

Nuestro querido San Juan Pablo II (1920-2005), durante su pontificado fue el mayor divulgador de la veneración a la Misericordia Divina. Distribuyó millones de estampas con la Imagen de Jesús Misericordioso, en las que puso este consejo: “Sed apóstoles de la Divina Misericordia”.

Si un Papa, Mariano por excelencia, concedió tanta importancia a esta veneración, hasta el punto de que en la Canonización de la Beata Mª Faustina Kowalska, exclamó: “¡Sacerdotes, haced de la Divina Misericordia vuestro programa sacerdotal en este tiempo necesitado como nunca!”; es evidente que conocía en profundidad todo lo expresado e indicado por Jesús a Santa Faustina, y que tenía plena confianza en Jesús Misericordioso.


sábado, 6 de junio de 2015

+ "PINTA UNA IMAGEN SEGÚN EL MODELO QUE VES"

Para facilitarnos la tarea de conocerle más a fondo, y así podamos amarle con más intensidad; Jesús se manifiesta a Santa Faustina y a toda la humanidad, con un diálogo cercano, sencillo, clarificador y lleno de Amor.

Con posterioridad el 22 de Febrero de 1931, se aparece a Santa Faustina en su celda, y le dice: Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma “Jesús, en Ti confío”. Deseo que ésta imagen sea venerada primero en vuestra capilla y luego en el mundo entero. (D. 47)

Jesús se da a conocer con su Imagen, Divina-Humana, a Santa Faustina; y quiere darse a conocer, “en modo visible”, al mundo entero; y lo hace viniendo a nuestro encuentro una vez más, como reflejan sus pies uno delante del otro; con la mano derecha bendiciendo a quien sale a su encuentro y le mira; y con la mano izquierda ligeramente su túnica con el pulgar y el índice mostrando la Luz divina que rebosa de su Sagrado Corazón; y que una vez ha salido, se convierte en dos rayos, uno pálido y otro rojo, que simbolizan la sangre y el agua, que salieron de su cuerpo, después de ser traspasado su costado por la lanza del soldado romano.

Aunque camina con la cabeza erguida, sus ojos miran  hacia abajo, como clamando humildemente, dejando a un lado una vez más, su condición divina, que viene a iluminar de nuevo este mundo de tinieblas, que viene al encuentro de todos, justos y pecadores, que su Luz y su Bendición es para todos sin excepción y como veremos más adelante, con una predilección muy especial por los pecadores, para que ninguno se pierda.

Y como colofón final de tan portentoso y maravilloso acontecimiento, exige que la Imagen lleve, como firma, y no como inscripción, estas palabras: “Jesús, en Ti confío”.

Parece que Jesús, utilizando un formato contractual Divino, quiere dejar claro, en un plano humano, que quien confíe plenamente en Él, será asistido y acogido en su Misericordia Divina.

Para dejar plena constancia de ello a continuación dijo: “Prometo que el alma que venere esta Imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como Mi gloria” (D. 48)

A continuación, para reafirmar la importancia de su Imagen, a modo de compromiso, le dice: “Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta Imagen que pintarás con pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia. (D. 49)

Y como broche final de su aparición, dice: “Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas.

Jesús se quejó con estas palabras: La desconfianza de las almas desgarra Mis entrañas. Aún más Me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de Mi amor inagotable no confían en Mí. Ni siquiera Mi muerte ha sido suficiente para ellas. ¡Ay de las almas que abusen de ella! (D. 50)

Queda claro que la Imagen no es un hecho anecdótico, sino que es una parte fundamental de su plan; no es algo que vaya destinado para el culto personal de Santa Faustina o para su Congregación; no, ha de ser venerada primero en su capilla, eso sí; pero inmediatamente después, en todas las Iglesias; debe ser venerada en el mundo entero, tiene que estar a la vista de todos.

Para ello, Él, necesita de la ayuda de sus representantes o sustitutos en la tierra, los sacerdotes; manifiesta claramente la necesidad de que la Santa Madre Iglesia, que Él fundó, se sienta copartícipe, como no podía ser de otra manera, que se responsabilice de la divulgación de la Veneración a la Misericordia Divina.

Por eso desde un principio, quiere que la Imagen sea, no solamente bendecida, sino que además, ha de serlo con solemnidad; y no un día cualquiera, no, tiene que ser el día por excelencia del Señor, un domingo, y no cualquier domingo, no, tiene que ser el primer domingo después de la Pascua de Resurrección.

Si el domingo de la Pascua de Resurrección, es una explosión de alegría y de júbilo para todos los cristianos; Él quiere que el siguiente domingo, todos, participemos en la celebración de una fiesta, la Fiesta por excelencia, la ¡Fiesta de la Misericordia!, donde Su Imagen ha de ocupar una lugar muy destacado; para que todos podamos venerarla y con fe y confianza, podamos decirle: “Jesús, en Ti confío”.

Con ésa firma que Jesús dispuso para el pie de Su Imagen, quiere dejar de una manera muy sencilla y a la vez rotunda, que la cláusula fundamental de su compromiso, es la  confianza plena, en Él, de todos: justos, pecadores y almas elegidas.

Sin confianza, es imposible para el ser humano, mantener una relación personal, sana, eficaz, vital y duradera. Eso es lo que Jesús necesita, para poder realizar su obra en nosotros; porque todos necesitamos, aunque no seamos conscientes de ello, de Su Misericordia Divina.

Los justos y las almas elegidas, porque creen que ya hacen lo correcto o lo suficiente; y los pecadores, porque creen que no se la merecen, porque piensan que el peso de sus pecados es mayor, que la Misericordia de Dios ¡Qué equivocados estamos todos!


miércoles, 3 de junio de 2015

+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 02-06-15


“Queridos hijos, deseo actuar a través de vosotros, mis hijos, mis apóstoles, para que al final pueda reunir a todos mis hijos allí donde está todo preparado para su felicidad. Oro por vosotros, para que con las obras podáis convertir a los demás, porque ha llegado el tiempo de las obras de la verdad, de mi Hijo. Mi amor obrará en vosotros, me serviré de vosotros. Tened confianza en mí, porque todo lo que deseo, lo deseo para vuestro bien, eterno bien, creado por el Padre Celestial. Vosotros, hijos míos, apóstoles míos, vivís la vida terrena en comunidad con mis hijos que no han conocido el amor de mi Hijo, aquellos que a mí no me llaman Madre. Pero no tengáis miedo de dar testimonio de la verdad, porque, si vosotros no tenéis miedo y dais testimonio con valor, la verdad milagrosamente vencerá. Pero recordad: ¡la fuerza está en el amor! Hijos míos, el amor es arrepentimiento, perdón, oración, sacrificio y misericordia. Si sabéis amar con las obras convertiréis a los demás, permitiréis que la luz de mi Hijo penetre en las almas. ¡Os doy las gracias! Orad por vuestros pastores, ellos pertenecen a mi Hijo, Él los ha llamado. Orad para que siempre tengan la fuerza y el valor de brillar con la luz de mi Hijo.”

martes, 2 de junio de 2015

+¡JESÚS, SE PRESENTA ANTE NOSOTROS!, ¡Convertíos y creed en el Evangelio!


¡Convertíos y creed en el Evangelio! Esta llamada, que hemos leído en el Nuevo Testamento, y oímos con frecuencia en la Santa Misa, a lo largo del año Litúrgico, y muy especialmente en el tiempo de Cuaresma; sigue resonando en el fondo de las revelaciones que Jesús dio a Santa Faustina 1900 años después de su Ascensión al Cielo; unas veces con fuerza, otras con tristeza, muchas con esperanza, y en todas ellas, se percibe un anhelo apremiante y amoroso, de que todos, sin excepción, confiemos en Él, plenamente, sin excusas ni demoras. Que nada de lo que el mundo ofrece, vale la pena, porque todo es pasajero, intrascendente y sin valor para Él.

Ser cristiano, no es simplemente estar bautizado, haber recibido la primera Comunión y el Sacramento de la Confirmación; recibir los Sagrados Votos Religiosos; o el Sacramento del Orden Sacerdotal; o creer firmemente en las verdades fundamentales de la Fe cristiana contenidas en el Credo; y además de todo esto, recibir con frecuencia el Sacramento de la Reconciliación; o asistir con asiduidad a la Santa Misa y recibir la Comunión.

Jesús en Sus revelaciones, no pone ninguna objeción a lo expuesto anteriormente, como es lógico, todo lo dispuso Él, en el Evangelio; y ha sido desarrollado a lo largo de los siglos por nuestra Santa Madre Iglesia.

Lo que pide, incluso a veces parece que nos lo suplica es que hay que llevarlo a cabo de todo corazón, con una total confianza en Él, que nos dejemos llevar de Su mano para que todo lo hagamos por amor a nuestros prójimos y por amor a Él.

Sí, por amor a Él. Pero ¿cómo se puede amar a alguien que no hemos visto, que no hemos hablado directamente con él, en fin que no le conocemos a fondo?

Sabemos que es el Hijo de Dios, que bajó del Cielo, que renunciando a su condición divina, se hizo hombre, y durante treinta años, vivió en el hogar de José y María, y que posiblemente trabajó de carpintero.

También sabemos, que una vez iniciada su vida pública, en los evangelios aparecen numerosos milagros y enseñanzas en forma de parábolas no siempre fáciles de comprender, y discusiones con las castas sacerdotales que no aceptaban Sus enseñanzas; y que todo acabó con su Dolorosa Pasión y Muerte, dando cumplimiento a lo escrito por los profetas en el Antiguo Testamento.


Y que con su Resurrección y Ascensión a los Cielos después de entregar el Espíritu Santo a sus discípulos les dijo: “Id por todo el mundo y enseñad el Evangelio”