“Queridos hijos! Hoy quiero compartir con
vosotros la alegría del Cielo. Vosotros, hijos míos, abrid la puerta del
corazón a fin de que en vuestro corazón crezca la esperanza, la paz y el amor
que solo Dios da. Hijos míos, estáis demasiado apegados a la Tierra y a las
cosas terrenales, por eso Satanás os agita como el viento lo hace con las olas
del mar. Por lo tanto, que la cadena de vuestra vida sea la oración con el
corazón y la adoración a mi Hijo Jesús. Entregad a Él vuestro futuro para que
en Él seáis alegría y ejemplo para los demás con vuestras vidas. Gracias por
haber respondido a mi llamada.”
-HERMANDAD DE LA MISERICORDIA DIVINA- "Jesús, en Ti confío, en estas palabras se resume la fe del cristiano, que es la fe en la Omnipotencia del amor misericordioso de Dios" (Benedicto XVI) "Sed apóstoles de la Divina Misericordia" (Beato Juan Pablo II) *LA HUMANIDAD NO CONSEGUIRÁ LA PAZ HASTA QUE NO SE DIRIJA CON CONFIANZA A MI MISERICORDIA* (D. 300) (D. ---) [Diario, La Divina Misericordia en mi alma, de Santa María Faustina Kowalska. Editado por: Ediciones Levántate.]
lunes, 29 de agosto de 2016
miércoles, 24 de agosto de 2016
+ "REGRESEN A LA EUCARISTÍA"
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“El camino a mi Hijo es difícil,
lleno de renuncias, pero al final, siempre hay luz. Comprendo vuestras penas y
sufrimientos, y con amor maternal enjugo vuestras lágrimas. Confíen en mi Hijo,
porque Él hará por ustedes lo que ni siquiera ustedes saben cómo pedirlo”.
Eucaristía es la Vida que vence la muerte, es la Luz que diluye las
tinieblas. Por la Eucaristía participamos de la vida eterna y alcanzamos la
resurrección prometida.
Eucaristía es Dios Todopoderoso oculto pero presente. De ahí su poder
silencioso de transformación.
Reconocer el mal que nos separa de Dios, aborrecer el pecado y desear
encontrarse con Él por medio de la Eucaristía es el primer acto hacia la
glorificación al Corazón del Señor. La conversión implica lucha espiritual,
combate, aceptación de la cruz, con la fe en el Señor, en su amor, en que ése y
no otro es el camino que lleva a la luz.
Sin conversión no hay salvación, por eso el llamado perenne de Dios a
la conversión. En estos últimos tiempos, la Santísima Virgen, enviada de Dios,
nos lo repite a nosotros y ahora, de un modo aún más concreto, nos exhorta:
“Regresen a la Eucaristía”. Lo que en definitiva nos está diciendo es que en la
Eucaristía está nuestra salvación. Y no podría ser de otro modo, porque la
Eucaristía es Jesucristo vivo y actuando en medio de nosotros.
P.
Justo Antonio Lofeudo
jueves, 18 de agosto de 2016
“Le imploro a mi Hijo que ninguno de ustedes, hijos míos, vuelva a su casa igual que ha venido”
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Creo no equivocarme, pero es la
primera vez que, en una pincelada entrañable, nos habla de esa parte de la vida
del Señor de la que nada dicen los Evangelios. Como lo hace con los videntes en
privado ahora a nosotros nos confía algo de la vida oculta de la sagrada
familia nazarena. Esas pocas palabras dicen mucho y definen un rasgo de Jesús:
aún niño, es el Señor. El Señor que por ser Dios sabe infinitamente más que ese
niño hijo de María. Profetiza no como los profetas que hablan en nombre de
Dios, porque Él es Dios, es la misma Palabra que le dice no sólo que todas las
generaciones la llamarán dichosa (como el Espíritu Santo le había revelado a la
Virgen en su encuentro con Isabel), sino también madre y que será amada, muy
amada. Porque grandes cosas está haciendo en ella el Todopoderoso. Ese mismo
niño es el que ya hombre, clavado en la cruz, le provocará en la Virgen el
parto doloroso de su maternidad de todos los hombres, al entregarla a su
discípulo fiel y a través de él a todos nosotros, de generación en generación.
Y aquel discípulo, Juan, tendrá con los años, después de muchos, una visión. La
verá como la Mujer vestida de sol, con la corona de doce estrellas, con la luna
bajo sus pies, encinta, gritando de dolor por el parto. Porque aquel parto en la
cruz continúa, es el dolor de dar a la luz de Cristo a los nuevos hijos,
rescatándolos de las garras del Dragón. Nosotros somos sus hijos, de su linaje,
los nacidos en Cristo a una vida nueva. Somos los que la llamamos Madre y la
amamos y deseamos ser fieles a su llamado a cooperar en la salvación de
otros.
La referencia que luego hace, “volver a las casas de las que han
venido”, va dirigida a los peregrinos que en ese momento están en Medjugorje,
pero por extensión a todos nosotros que vamos tantas veces en el espíritu hasta
allí. Para que no regresemos luego de cada una de esas visitas, físicas o
espirituales, a nuestra casa, al interior de nuestra alma, como hemos ido sino
enriquecidos. Y para eso apela ante el Hijo, por el amor que le tenemos a Ella.
No es difícil imaginar su apelación a Jesucristo: “Mira, Hijo, ¡cuánto me aman!
Era como Tú me habías dicho siendo apenas un niño. ¡Aquí están! Te ruego por
cada uno de ellos. Están siendo probados, que no decaigan, devuélveles la
esperanza. Que sean misericordiosos como Tú le pides y que tengan amor para que
puedan ser mis apóstoles del amor y vayan al mundo dando testimonio de ese amor
que ama perdonando y perdona amando. Tú, Hijo, tienes el poder de hacer nuevas
todas las cosas, renueva esos corazones y dales una vida nueva”.
P.
Justo Antonio Lofeudo
martes, 16 de agosto de 2016
+ Mensaje extraordinario de la Virgen en Medjugorje a Iván 12-08-16
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«También esta noche la
Virgen ha venido a nosotros contenta y feliz, y nos ha saludado a todos con su
saludo materno: “¡Sea
alabado Jesús, queridos hijos!”. Después extendió sus
manos y oró un tiempo prolongado sobre todos nosotros. En modo particular
oró por todos los enfermos aquí presente. Luego la Virgen dijo:
“Queridos hijos, también hoy los invito a la perseverancia en la
oración. Oren, queridos hijos, en particular por la perseverancia en la oración
familiar. Hoy oro junto a ustedes por la familia. Deseo, queridos
hijos, la santidad en la familia, para que haya más familias santas que oren y
vivan las palabras de mi Hijo y los mensajes que les doy. ¡Gracias, queridos hijos, por
haber respondido también hoy a mi llamada!”
Luego nos bendijo con su
bendición materna y bendijo todos los artículos religiosos que han traído para
la bendición. También hoy los encomendé a todos ustedes, todas sus necesidades,
sus intenciones, sus familias. En modo particular encomendé a todos los
enfermos y sacerdotes aquí presente. Después la Virgen continuó orando un
tiempo sobre todos nosotros y en esta oración se marchó, se marchó en
el signo luminoso de la luz y de la cruz con su saludo: “Vayan en paz, queridos hijos
míos.”»
jueves, 11 de agosto de 2016
+ VICKA ESTÁ NUEVAMENTE ENFERMA
jueves, 4 de agosto de 2016
+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 02-08-16
“Queridos hijos, he venido a vosotros, en
medio de vosotros, para que me deis vuestras preocupaciones, para que las
presente a mi Hijo e interceda ante Él por vosotros y vuestro bien. Sé que cada
uno de vosotros tiene sus preocupaciones, sus pruebas; por eso os invito
maternalmente: venid a la Mesa de mi Hijo. Él, por vosotros, parte el pan, se
da a vosotros, os da la esperanza. A vosotros os pide más fe, más esperanza y
más vitalidad. Pide vuestra lucha interior contra el egoísmo, contra el juicio
y las debilidades humanas. Por eso yo, como Madre, os digo: orad, porque la oración
os da la fuerza para la lucha interior. Mi Hijo, de pequeño, me decía a menudo
que muchos me habrían amado y llamado Madre. Yo, aquí en medio de vosotros,
siento amor y os doy las gracias. Por medio de este amor, ruego a mi Hijo para
que ninguno de vosotros, hijos míos, vuelva a casa igual que antes, para que
llevéis siempre más esperanza, misericordia y amor; para que seáis apóstoles
del amor, aquellos que con su vida testimoniarán que el Padre Celestial es
fuente de vida y no de muerte. Queridos hijos, nuevamente y maternalmente os
pido: orad por los elegidos de mi Hijo, por sus manos bendecidas, por vuestros
pastores, para que puedan predicar a mi Hijo siempre con más amor, y así obrar
conversiones. ¡Os doy las gracias!”
martes, 2 de agosto de 2016
ESTUVO VARIAS VECES EN LA CÁRCEL, HASTA QUE LEYÓ UN LIBRO SOBRE LA VIRGEN: HOY ES SACERDOTE
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