“¡Queridos hijos! Le doy gracias a Dios por cada uno de
vosotros. De manera particular, hijos míos, ¡gracias por haber respondido a mi
llamada! Os estoy preparando para nuevos tiempos, para que seáis firmes en la
fe y perseverantes en la oración, para que el Espíritu Santo obre a través de
vosotros y renueve la faz de la tierra. Oro con vosotros por la paz, que es el
don más precioso, aunque Satanás quiere la guerra y el odio. Vosotros, hijos
míos, sed mis manos extendidas y caminad orgullosos con Dios. ¡Gracias por
haber respondido a mi llamada!”
-HERMANDAD DE LA MISERICORDIA DIVINA- "Jesús, en Ti confío, en estas palabras se resume la fe del cristiano, que es la fe en la Omnipotencia del amor misericordioso de Dios" (Benedicto XVI) "Sed apóstoles de la Divina Misericordia" (Beato Juan Pablo II) *LA HUMANIDAD NO CONSEGUIRÁ LA PAZ HASTA QUE NO SE DIRIJA CON CONFIANZA A MI MISERICORDIA* (D. 300) (D. ---) [Diario, La Divina Misericordia en mi alma, de Santa María Faustina Kowalska. Editado por: Ediciones Levántate.]
miércoles, 26 de junio de 2019
lunes, 3 de junio de 2019
+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 02-06-19
“Queridos hijos, solo un corazón puro y abierto
hará que realmente conozcan a mi Hijo, y que todos los que no conocen su amor lo
conozcan a través de ustedes. Solo el amor les hará comprender que él es más
fuerte que la muerte, porque el amor verdadero ha vencido a la muerte y ha hecho
que la muerte no exista. Hijos míos, el perdón es la forma más sublime del amor.
Ustedes, apóstoles de mi amor, deben orar para que puedan ser más fuertes en el
espíritu y puedan comprender y perdonar. Ustedes, apóstoles de mi amor, con la
comprensión y con el perdón, dan ejemplo de amor y de misericordia. Poder
comprender y perdonar es un don, por el que hay que orar, y que hay que
cultivar. Al perdonar, demuestran que saben amar. Miren, hijos míos, cómo el
Padre Celestial los ama con gran amor, con comprensión, perdón y justicia; miren
cómo me dona a ustedes, Madre de sus corazones. Eme aquí, en medio de ustedes,
para bendecirlos con la bendición maternal, para invitarlos a la oración y al
ayuno, para decirles que crean, que tengan esperanza, que perdonen, que oren por
sus pastores y, sobre todo, que amen incondicionalmente. Hijos míos, síganme. Mi
camino es el camino de la paz y del amor, el camino de mi Hijo. Es el camino que
conduce al triunfo de mi Corazón. Les doy las gracias.”
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