Perdónales Padre, no saben lo
que dicen ni lo que hacen, porque no Te conocen.
Si Te conocieran, sabrían que
con Tus propias manos nos creaste hombre y mujer; diferentes en multitud de
aspectos, pero totalmente complementarios y plenamente capacitados para que a
través del vínculo del amor, al unir nuestros cuerpos, el milagro de la vida se
perpetuara a través de los tiempos y poblásemos la faz de la Tierra.
Si Te conocieran, sabrían que
desde el primer instante, en que el espermatozoide alcanza el óvulo y lo
fecunda, se completa el cien por cien de los genes, de un ser humano quedando
perfilados todos los rasgos e indicadores que acompañarán a ése ser humano toda
su vida. Sexo, altura, color de ojos, de pelo, inteligencia, caracteres de personalidad,
etc. El milagro de una nueva vida se ha puesto en marcha. En ese preciso
momento Tus manos amorosas, comienzan a modelar ese nuevo ser humano.
Cuando ésa unión corporal entre
un hombre y una mujer se realiza como fruto de un amor puro y sincero, ésa
nueva criatura, es deseada y amada, es causa de inmensa alegría y felicidad por parte de sus progenitores.
Si Te conocieran sabrían que éste
es el cauce que has establecido para la supervivencia del ser humano en la
Tierra.
Tú sabes perfectamente Padre, que
ése cauce desde hace muchos años se ha desbordado. Hoy en día el hombre y la
mujer en aras de una supuesta “libertad” y presunta “propiedad de sus cuerpos”,
que ellos mismos se atribuyen, se unen, sin la necesidad de un previo
sentimiento de amor puro y sincero. No se dan cuenta Padre que en lugar de
“libertad”, lo que consiguen es ser esclavos de sus propios deseos puramente
carnales. No saben que la verdadera LIBERTAD, NUNCA ESCLAVIZA.
La verdadera libertad Padre, proviene
de Ti; a lo largo de la historia de la humanidad, Tú nos has indicado cual es
el camino que debemos seguir para llegar a Ti, a Tu Casa, a la Vida Eterna.
Incluso nos has enviado a Tu Santísimo Hijo Jesús, para demostrárnoslo con Sus
Enseñanza y modo de vida. Él entregó voluntariamente Su vida en la cruz, para mostrarnos
que si seguimos el camino que Tú nos indicas, resucitaremos a la Vida Eterna y
podremos de nuevo reunirnos Contigo.
Pero ese camino, quieres que lo
elijamos libremente, no nos impones nada… Nosotros debemos elegir entre amarte
por encima de todas las personas y de todas las cosas y amar a nuestro prójimo
como a nosotros mismos… o seguir nuestro propio camino, dirigiendo nuestras
vidas a nuestro criterio y voluntad; dejándote a un lado, ignorándote,
alejándote de nosotros.
Padre, muchos no saben, que
alejándose de Ti, caen en picado en las redes de este mundo, que con mucho
gusto, los atrapa, los envuelve, los engatusa con sus falsas alegrías pasajeras,
con la consecución de objetivos personales, profesionales o sociales, que les
llenan de orgullo y satisfacción, pero que les conduce antes o después a un
vacío interior.
Ante ésa situación sólo nos
quedan dos alternativas; volvernos hacia Ti, buscarte para encontrar Tu ayuda,
Tu amor y llenar plenamente nuestro vacío interior y la totalidad de nuestra
vida con Tu presencia, o reafirmarnos en nuestros criterios y planteamientos
mundanos, sintiéndonos dueños y señores de todo lo que tenemos, luchando por
los medios que sean, para conseguir lo que nos falta y para no perder lo que
tenemos.
Tú sabes bien, Padre, que cuando
llegamos a ésa situación, independientemente de la posición social que tengamos
o los bienes pocos o muchos, que hayamos conseguido, nos encontramos en el
umbral de la deshumanización.
Ése es el origen de todas las
crisis personales. Unos tratan de superarlas centrándose en su trabajo, en sus
amigos, en sus aficiones, en el alcohol, en las drogas, en el juego, en el sexo…
etc.
¡Cuánto sufres Padre, por todos
ellos…! Especialmente por todos los hombres y mujeres, que dando rienda suelta
a sus pasiones carnales, se centran en el sexo; sin respetar sus cuerpos, obra
de Tus manos, y recipientes del alma que nos diste; sin tener en cuenta la posibilidad
de un embarazo no deseado, inoportuno, no conveniente, una incomodidad que
alterará sus vidas… y que es mejor eliminar, sin tener en cuenta que están
quitando la vida a un ser humano.
Perdónales Padre, perdónales por favor y
muéstrales Tú Amor y Tú Misericordia, para que reconduzcan sus vidas y tomen el
camino que les lleve a Ti.
Si Te parece bien, Padre, permíteme
continuar en otra ocasión. Gracias por tu Infinita Bondad.
