“Queridos hijos, en este tiempo de gracia os invito a que seáis oración. Todos vosotros tenéis problemas, aflicciones, sufrimientos e inquietudes, que los santos sean para vosotros modelo y exhortación a la santidad. Dios estará cerca de vosotros y seréis renovados en la búsqueda por medio de vuestra conversión personal. La fe será esperanza para vosotros y la alegría comenzará a reinar en vuestros corazones. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
-HERMANDAD DE LA MISERICORDIA DIVINA- "Jesús, en Ti confío, en estas palabras se resume la fe del cristiano, que es la fe en la Omnipotencia del amor misericordioso de Dios" (Benedicto XVI) "Sed apóstoles de la Divina Misericordia" (Beato Juan Pablo II) *LA HUMANIDAD NO CONSEGUIRÁ LA PAZ HASTA QUE NO SE DIRIJA CON CONFIANZA A MI MISERICORDIA* (D. 300) (D. ---) [Diario, La Divina Misericordia en mi alma, de Santa María Faustina Kowalska. Editado por: Ediciones Levántate.]
martes, 28 de noviembre de 2017
jueves, 9 de noviembre de 2017
+ EL SUFRIMIENTO Y LA ENFERMEDAD SON DONES Y ESTOY FELIZ DE RECIBIRLOS
Sor
Emmanuel nos narra el siguiente diálogo que tuvo con la vidente Vicka acerca del
don que se recibe con el sufrimiento y las enfermedades si se las ofrecemos a
Dios.
-¿Has
orado por tu curación?
-¡No!
Nunca pido por mi curación, la Gospa sabe lo que es importante para mí, no
necesito pedírselo. ¡Pero oro por la curación de los demás! Quisiera decirles a
todos los enfermos que, cuando la Gospa aparece, oro primero especialmente por
ellos y luego por los demás.
(¡Esto
explica sin duda por qué las apariciones duran más para Vicka que para el resto
de los videntes!)
-Veo
que permaneces feliz en tu enfermedad, ¡es fantástico! Muchos desearían poder
hacerlo. ¿Cuál es tu secreto?
-Para
mí, ¿sabes?, el sufrimiento y la enfermedad son dones y estoy feliz de
recibirlos. Agradezco a Dios con todo mi corazón aquellos regalos. Quisiera
animar a los enfermos a que oraran así: “¡Oh Señor, a través de mi
sufrimiento, ha que tenga algo que ofrecerte! Todo lo que te pido ahora, ¡es la
fuerza y el valor de llevar mi cruz con todo el amor de mi corazón y con
alegría!”
-¿Así
oras tú, Vicka?
-Así
me lo ha enseñado la Gospa. Personalmente, estoy feliz de haber sufrido y de
haber podido ofrecer mis sufrimientos a Jesús, pues lo sé, si ofrezco así mis
sufrimientos, lo ayudo. La Gospa me dijo: “Hoy, muy pocas personas
acogen verdaderamente sus sufrimientos como un regalo”.
Entonces,
de todo corazón, quiero decir que el sufrimiento es un gran don. Hablo así
porque lo he experimentado en mí. El sufrimiento es un don porque, mediante él,
los planes de Dios se realizan en favor de aquellos que están cerca de nosotros
y y también en los que están lejos. La mejor ofrenda que podemos hacerle a Dios
es la de nuestros sufrimientos y nuestras enfermedades.
Compartimos
la oración por los enfermos que la Virgen le dictó a Jelena Vasilij durante el
verano de 1985 especificando: “Es la mejor oración que pueden hacer por
los enfermos”. Se reconoce fácilmente su mano, ya que Dios está en el
centro. La pueden encontrar en el siguiente artículo oración
por los enfermos
Autor: Sor
Emmanuel
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lunes, 6 de noviembre de 2017
+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 02-11-17
“Queridos hijos, al miraros reunidos en torno a mí, vuestra
Madre, veo muchas almas puras, a muchos hijos míos que buscan el amor y la
consolación, pero que nadie os la ofrece. Veo también a aquellos que hacen el
mal, porque no tienen buenos ejemplos, no han conocido a mi Hijo: ese bien que
es silencioso y se difunde a través de las almas puras, es la fuerza que
sostiene este mundo. Los pecados son muchos, pero también existe el amor. Mi
Hijo me envía a vosotros, la Madre, la misma para todos, para que os enseñe a
amar y comprendáis que sois hermanos. Él desea ayudaros. Apóstoles de mi amor,
es suficiente un vivo deseo de fe y amor y mi Hijo lo aceptará; pero debéis ser
dignos, tener buena voluntad y corazones abiertos. ¡Mi Hijo entra en los
corazones abiertos! Yo, como Madre, deseo que lleguéis a conocer mejor a mi
Hijo, Dios nacido de Dios, para que conozcáis la grandeza de Su amor, del que
vosotros tenéis tanta necesidad. Él ha tomado sobre sí vuestros pecados, ha
obtenido la redención para vosotros, y a cambio, os ha pedido que os améis los
unos a los otros. Mi Hijo es amor, Él ama a todos los hombres sin distinción, a
los hombres de todas las naciones y de todos los pueblos. Si vivierais, hijos
míos, el amor de mi Hijo, Su Reino estaría ya en la Tierra. Por eso, apóstoles
de mi amor, orad, orad para que mi Hijo y Su amor estén más cerca de vosotros,
para poder ser ejemplo del amor y poder ayudar a todos aquellos que no han
conocido a mi Hijo. Nunca olvidéis que mi Hijo, Uno y Trino, os ama. Orad y
amad a vuestros pastores. ¡Os doy las gracias!”
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