
Trabajó como médico un tiempo junto a la Comunidad de las
Bienaventuranzas en Medjugorje. Un viernes, a pesar del mal tiempo y la lluvia
sintió el deseo de hacer el Via Crucis del Monte Krizevac. En la decimotercera
estación, una veintena de personas se le acercaban corriendo, era muy peligroso
porque la piedras resbalaban por la lluvia. Buscaban un médico. Él se acercó y
vio al padre Slavko acostado en el suelo. No encontraba el pulso y comprendió
que se estaba muriendo. Dijo a los peregrinos: "Oren, oren, oren, porque
no puedo ayudarlo". Cuando el padre Slavko exhaló su último respiro, la
lluvia cesó. Las nubes se retiraron encima de la Iglesia y quedó iluminada por
el sol. Salió un pequeño arco iris brillante. En ese momento tuvo la certeza
interior de que el Padre Slavko estaba en el Cielo.
Cuando bajaban el cuerpo Eric rezaba: "Fray Slavko, ahora
que estás en el Cielo, ¿me das un poco de tu espíritu?" Y mientras
pronunciaba estas palabras, la mano del padre Slavko, que se movía de un lado a
otro por la bajada, le tocó la espalda: sintió algo inexplicable. Este signo
renovó su llamada: dio su sí a Dios y decidió ser sacerdote.
Fuente: Reina de la
Paz TV
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