
“Queridos hijos! Hoy quiero compartir con
vosotros la alegría del Cielo. Vosotros, hijos míos, abrid la puerta del
corazón a fin de que en vuestro corazón crezca la esperanza, la paz y el amor
que solo Dios da. Hijos míos, estáis demasiado apegados a la Tierra y a las
cosas terrenales, por eso Satanás os agita como el viento lo hace con las olas
del mar. Por lo tanto, que la cadena de vuestra vida sea la oración con el
corazón y la adoración a mi Hijo Jesús. Entregad a Él vuestro futuro para que
en Él seáis alegría y ejemplo para los demás con vuestras vidas. Gracias por
haber respondido a mi llamada.”
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