«Por eso, hijitos, sean aquellos
que buscan y aman a Dios sobre todas las cosas. Yo estoy con ustedes y los
guio hacia mi Hijo, pero ustedes tienen que dar su sí en la libertad de los
hijos de Dios.»
Esta parte del mensaje es
importantísima, es el desafío, es el reto, la llamada a trabajar por la
salvación de las almas y salir de la mediocridad espiritual. La Madre
dice «sean
aquellos que buscan y aman a Dios sobre todas las cosas» No
es difícil cuando se ora y se recuerda que la única manera para cumplir con
esta llamada es orando como se debe. Porque es cuando se ora cuando Dios
puede ser amado por encima de todas las cosas. Es lo mismo que tener a Dios
en primer lugar en el corazón.
Cuando una persona está enamorada de otra lo tiene en primer
lugar en su corazón. Por lo general, la gente tiene a otras personas en
primer lugar y tiene otras cosas: el dinero, el trabajo, el juego…
Entonces, se trata de que Dios ocupe el primer lugar y la vía es el amor
hacia Él. Y esto es el fruto de la oración. Diríamos el primer fruto. Para
la gente es más fácil enamorarse de un ser humano que de Dios, y la razón:
porque no quieren orar como se debe.
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