Cuando la Reina de la Paz
comenzó a aparecerse en el año 1981 en Medjugorje, los videntes le preguntaron
por qué había elegido precisamente aquel pueblo pequeño y desconocido.
Ella les respondió que en aquel lugar había encontrado una fe viva.
Pero hay que decir que la fe de los habitantes de Medjugorje sufrió un
gran cambio a partir de las apariciones de la Reina de la Paz: la fe se
hizo mucho más viva y mucho más profunda. Se comenzó a orar
más y más en las familias, se frecuentaron mucho más los sacramentos, se
ayunó con más fidelidad y fervor… el pueblo se convirtió en un lugar santo. Una
de las cosas que la Reina de la Paz enseñó a los habitantes de Medjugorje
es a vivir la Navidad santamente. Ella les dijo:
"Queridos hijos, los invito a
que se preparen a la fiesta de Navidad con oración, penitencia, y obras de
caridad. No se preocupen tanto, queridos hijos, por las cosas materiales,
porque de ese modo no podrán vivir la Navidad. Gracias por haber
respondido a mi llamada" (5 de diciembre de
1985)
Después, al día siguiente de la Navidad, habló de manera
especial a los que habían hecho caso a sus indicaciones. Les dijo así:
"Queridos hijos, deseo
agradecerles a todos aquellos que han escuchado mis mensajes y que han
vivido el día de Navidad como yo les dije. De ahora en adelante, ya
purificados de sus pecados, deseo conducirlos en el
amor. Entréguenme sus corazones. Gracias por haber respondido a
mi llamada." (26 de diciembre de 1985)
Hoy en día también hay un ambiente especial en Medjugorje
durante las fiestas de Navidad, porque son muchos los que siguen haciendo
caso a los consejos de nuestra Madre. Cada uno de nosotros podemos elegir
cómo queremos vivir la Navidad. Si
hacemos caso a la Gospa tendremos un pequeño Medjugorje en nuestra propia
casa y en nuestro propio corazón.
Fuente:
Reina de la Paz TV
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