viernes, 31 de octubre de 2014

EL DIABLO EXISTE, NO ES UN MITO


EL DIABLO EXISTE, NO ES UN MITO

El Papa recuerda que la vida cristiana es un combate contra el demonio, el mundo y las pasiones de la carne

La vida cristiana es «un combate» contra el demonio, el mundo y las pasiones de la carne.Así lo ha afirmado el papa Francisco en la Misa matutina celebrada en Santa Marta. El Santo Padre lamentó que muchos crean que la existencia de Satanás sea un mito y tras asegurar que el diablo existe, añadió que nosotros «debemos luchar contra él» con «la armadura» de la verdad. El Papa advierte que «no se puede pensar en una vida espiritual, en una vida cristiana, sin resistir las tentaciones, sin luchar contra el diablo»
30/10/14 2:10 PM | Imprimir | Enviar
Ver también
§  «De predicarlo todo, para combatir al diablo», por Alonso Gracián
(RV/InfoCatólica) El papa Francisco ha centrado su homilía en las palabras de San Pablo que, dirigiéndose a los Efesios, «desarrolla en un lenguaje militar la vida cristiana». El Pontífice ha destacado que «la vida en Dios se debe defender, se debe luchar para llevarla adelante». Se necesitan fuerza y valentía «para resistir y anunciar».
Para «ir adelante en la vida espiritual», afirmó, se debe combatir. No es un simple desencuentro, no, es un «combate continuo».
El Santo Padre ha recordado que son tres «los enemigos de la vida cristiana»: «el demonio, el mundo y la carne», es decir nuestras pasiones, «que son las heridas del pecado original». Cierto, observó, «la salvación que nos da Jesús es gratuita», pero estamos llamados a defenderla:
«¿De qué debo defenderme?¿qué debo hacer? ‘ponerme la armadura de Dios', nos dice Pablo, es decir lo que es de Dios nos defiende, para resistir las insidias del diablo. ¿Esta claro? Claro. No se puede pensar en una vida espiritual, en una vida cristiana, sin resistir las tentaciones, sin luchar contra el diablo, sin vestir esta armadura de Dios, que nos da la fuerza y nos defiende».
San Pablo, prosiguió el Papa, destaca «que nuestra batalla» no es contra las cosas pequeñas, «si no contra los principados y las potencias, es decir contra el diablo y los suyos».
«Pero a esta generación, y a muchas otras, se les ha hecho creer que el diablo es un mito, una figura, una idea, la idea del mal. El diablo existe y nosotros debemos luchar contra él. Lo dice Pablo ¡no lo digo yo! La Palabra de Dios lo dice. Pero no nos convencemos. Y después Pablo explica cómo es esta armadura de Dios, que son varias armaduras que componen esta gran armadura de Dios. Y él dice: ‘Permaneced firmes, por tanto, permaneced firmes al lado de la verdad'. Esta es una armadura de Dios: la verdad».
«El diablo, dijo, es el mentiroso, el padre de los mentirosos, el padre de la mentira». Y como San Pablo, afirmó que es necesario tener «a los flancos la verdad, vistiendo la coraza de la justicia». Por tanto, afirmó que «no se puede ser cristiano, sin trabajar continuamente para ser justos. No se puede».
Una cosa que «nos ayudaría mucho», dijo, «sería preguntarnos» si creo o no creo. «Si creo un poco sí y un poco no». ¿Soy un poco mundano y un poco creyente? Y destacó que «sin fe no se puede seguir adelante, no se puede defender la salvación de Jesús». Necesitamos «el escudo de la fe», porque «el diablo no nos lanza flores», sino «flechas incendiarias», para matarnos. Francisco exhortó, por tanto, «a tomar el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios«. E invitó a rezar constantemente, a velar »con oraciones y súplicas»:
«La vida es una milicia. La vida cristiana es una lucha, una lucha bellísima. Porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida, nos da una alegría, una felicidad grande: esa alegría porque el Señor ha vencido en nosotros, con la gratuidad de su salvación. Pero sí, somos un poco vagos, no, en la lucha, y nos dejamos llevar por las pasiones, por algunas tentaciones. ¡Y porque ¡todos somos pecadores! Pero no os desaniméis, Valentía y fuerza porque ¡el Señor está con nosotros!».


lunes, 27 de octubre de 2014

+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 25-10-14



“Queridos hijos, orad en este tiempo de gracia y pedid la intercesión de todos los santos que ya están en la luz. Que ellos sean un ejemplo y un estímulo día tras día en el camino de vuestra conversión. Hijitos, sed conscientes de que vuestra vida es breve y pasajera. Por eso anhelad la eternidad y preparad vuestros corazones en la oración. Yo estoy con vosotros e intercedo ante mi Hijo por cada uno de vosotros, especialmente por aquellos que se han consagrado a mí y a mi Hijo. ¡Gracias queridos hijos míos por haber respondido a mi llamada!”

jueves, 2 de octubre de 2014

+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 02-10-2014


“Queridos hijos, con amor materno os ruego: amaos los unos a los otros. Que en vuestros corazones esté siempre, como mi Hijo ha querido desde el principio: en el primer lugar, el amor hacia el Padre Celestial y hacia vuestro prójimo, por encima de todo lo terrenal. Queridos hijos míos, ¿es que no reconocéis los signos de los tiempos? ¿es que no os dais cuenta de que todo eso que está en torno a vosotros —lo que está sucediendo—, es porque no hay amor? Comprended que la salvación está en los verdaderos valores. Aceptad el poder del Padre Celestial, amadlo y respetadlo. Encaminaos y seguid los pasos de mi Hijo. Vosotros, hijos míos, apóstoles míos queridos, siempre os reunís de nuevo en torno a mí, porque estáis sedientos. Estáis sedientos de paz, de amor y de felicidad. Bebed de mis manos. Mis manos os ofrecen a mi Hijo, que es manantial de agua pura. Él reavivará vuestra fe y purificará vuestros corazones, porque mi Hijo ama los corazones puros y los corazones puros aman a mi Hijo. Solo los corazones puros son humildes y tienen una fe pura. Os pido esos corazones. Hijos míos, mi Hijo me dijo que yo era la Madre de toda la Humanidad. A vosotros, que me aceptáis como tal, os pido que me ayudéis con vuestra vida, oración y sacrificio, para que todos mis hijos me acepten como Madre, para que yo los pueda conducir al manantial de agua pura. Os doy las gracias. Queridos hijos míos, mientras vuestros pastores, con sus manos benditas, os ofrecen el Cuerpo de mi Hijo, dad gracias siempre en vuestro corazón a mi Hijo por su Sacrificio y por los pastores que os lo dan a vosotros siempre de nuevo.”