“Queridos hijos, en este tiempo de gracia, quiero ver vuestros
rostros transformados en oración. Vosotros estáis tan inundados por las
preocupaciones terrenales que ni siquiera sentís que la primavera está a las
puertas. Hijos míos, vosotros estáis llamados a la penitencia y a la oración.
Así como la naturaleza lucha en silencio por una vida nueva, también vosotros
estáis llamados a abriros a Dios en oración, en quien encontraréis la paz y el
calor del sol primaveral en vuestros corazones. ¡Gracias, queridos hijos, por
haber respondido a mi llamada!”
-HERMANDAD DE LA MISERICORDIA DIVINA- "Jesús, en Ti confío, en estas palabras se resume la fe del cristiano, que es la fe en la Omnipotencia del amor misericordioso de Dios" (Benedicto XVI) "Sed apóstoles de la Divina Misericordia" (Beato Juan Pablo II) *LA HUMANIDAD NO CONSEGUIRÁ LA PAZ HASTA QUE NO SE DIRIJA CON CONFIANZA A MI MISERICORDIA* (D. 300) (D. ---) [Diario, La Divina Misericordia en mi alma, de Santa María Faustina Kowalska. Editado por: Ediciones Levántate.]
jueves, 27 de febrero de 2020
lunes, 3 de febrero de 2020
+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 02-02-2020
“Queridos hijos, por obra de la decisión y del amor de Dios, he
sido elegida para ser la Madre de Dios y la Madre vuestra. Pero también por mi
voluntad y por mi amor ilimitado hacia el Padre Celestial y mi completa
confianza en Él, mi cuerpo fue el cáliz del Dios-hombre. He estado al servicio
de la verdad, del amor y de la salvación, como estoy aquí ahora, entre
vosotros, para invitaros, hijos míos, apóstoles de mi amor, a ser portadores de
la verdad; para invitaros a que, por medio de vuestra voluntad y
amor por mi Hijo, difundáis Sus palabras, palabras de salvación. Para que con
vuestros actos mostréis, a quienes no han conocido a mi Hijo, Su amor. La
fuerza la encontraréis en la Eucaristía, en mi Hijo que os nutre con Su cuerpo
y os fortalece con Su sangre.
Hijos míos, juntad vuestras manos y mirad la Cruz en silencio. De esa manera,
obtenéis la fe para que la podáis difundir, obtenéis la verdad para que podáis
discernir, obtenéis el amor para saber realmente cómo amar. Hijos míos,
apóstoles de mi amor, juntad las manos, mirad la Cruz: solo en la Cruz está la
salvación. ¡Os agradezco!”
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