LA ORACIÓN DE LAS TRES DE LA TARDE, O LA HORA DE LA MISERICORDIA

ORACIÓN:

“EXPIRASTE, JESÚS, PERO LA FUENTE DE VIDA BROTÓ PARA LAS ALMAS Y EL MAR DE MISERICORDIA SE ABRIÓ PARA EL MUNDO ENTERO. OH FUENTE DE VIDA, INSONDABLE MISERICORDIA DIVINA, ABARCA AL MUNDO ENTERO Y DERRÁMATE SOBRE NOSOTROS”. (D.1319)

Esta oración de Santa Faustina, es la que se conoce como la Hora de la Misericordia; o como la oración de las tres de la tarde; hora en que Jesús de Nazaret murió en la cruz.

La oración brota espontáneamente del corazón de Santa Faustina, después de una profunda y hermosa conversación con Jesús, que se describe entre los apartados D. 1312 y D. 1320, de los que sólo voy a extraer las palabras de Jesús, que mejor definen y expresan la importancia y el sentido de ésta oración.

D. 1316.- 1 X 1937 Hija Mía, necesito sacrificios hechos por amor; porque sólo éstos tienen valor para Mí. Es grande la deuda del mundo contraída Conmigo, la pueden pagar las almas puras con sus sacrificios, practicando la misericordia espiritualmente.

Cuando Jesús habla de sacrificios, no debemos entender éstos bajo la premisa del sobre esfuerzo humano o de la mortificación corporal, no. Jesús nunca pide más de lo que podemos dar, Él nos conoce bien, y sabe nuestras debilidades y nuestras limitaciones.

Lo que Jesús nos pide con la palabra sacrificios, es simplemente pequeños, medianos o grandes esfuerzos personales, teniendo siempre en cuenta nuestras propias capacidades, posibilidades, debilidades y limitaciones; con la finalidad de hacer algo bueno, necesario y de corazón por y para los demás. Esto es lo que sencillamente se conoce como, actos de misericordia.

Para que nadie pueda verse imposibilitado para hacer un acto de misericordia, Jesús dio a Santa Faustina tres formas de practicar la misericordia. Son las siguientes:

Te doy tres formas de ejercer la misericordia al prójimo: la primera – la acción, la segunda – la palabra, la tercera – la oración. (D. 742).

Con éstas tres formas de practicar la misericordia, se podría aplicar el dicho de que: <<Nadie es lo suficientemente rico, como para no necesitar un acto de misericordia; y nadie es lo suficientemente pobre, como para no poder hacer  un acto de misericordia>>.

Un vez más Jesús nos muestra Su Bondad Infinita, pone a nuestro alcance, un amplio abanico de posibilidades de hacer actos de misericordia, para que de inmediato, podamos recibir Su Misericordia.

Por lo tanto la oración de la Hora de la Misericordia, o de las tres de la tarde es un acto de misericordia, que cualquiera puede hacer.

En D. 1317 Continúa Jesús: Escríbelo para muchas almas que a veces se afligen por no tener bienes materiales, para practicar con ellos la misericordia. Sin embargo, el mérito mucho más grande lo tiene la misericordia espiritual que no necesita ni autorización ni granero siendo accesible a cualquier alma. Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá Mi misericordia en el día del Juicio.

Poco después dice en, D. 1320.- A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía. Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión…

Para finalizar expone en D.1572.- Te recuerdo, hija Mía, que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia.

Jesús no quiere bajo ningún concepto tener que juzgarnos, al final de nuestra vida terrena. Quiere por todos los medios recibirnos con los brazos abiertos y acogernos en Su Misericordia Insondable. Que esto último suceda depende única y exclusivamente de nosotros.