martes, 6 de septiembre de 2016

+ "Les imploro maternalmente, oren por los elegidos de mi Hijo"


Gospa, Podbro
Pide a sus apóstoles del amor que oren por nosotros sacerdotes, para que seamos verdaderos apóstoles de su Hijo y suyo. Pues si a todos nos incita por igual a dar testimonio con nuestras vidas de la propia conversión, pide en cambio oración por los sacerdotes, por sus manos bendecidas. Las manos de los sacerdotes son bendecidas y muy bendecidas porque son las únicas que consagran el pan y el vino, para que -como decía el Papa Benedicto XVI- “cosas terrenas se conviertan en misterio divino”. Son manos bendecidas porque, a su vez, deben bendecir por ser extensión de las manos de nuestro Señor y porque administran los sacramentos, esos medios de salvación que Jesucristo dejó a su Iglesia. Pide oración porque los sacerdotes no sólo santifican sino también enseñan por medio de las predicaciones. Implora para que todos oren por nuestros corazones sacerdotales. El sacerdote es alter Christus, otro Cristo, que bendice como bendijo Jesucristo y transmite su Palabra con total fidelidad. La Palabra no es un objeto meramente intelectual y humano sino que es Palabra de Dios. La Palabra para que en su transmisión sea eficaz debe haber penetrado profundamente en el sacerdote y salir de la plenitud de su corazón, de un corazón encendido, enamorado de su Señor y su Dios. Cuando esto se da entonces la Palabra alcanza su cometido y convierte. Porque es a través de nosotros sacerdotes, que Cristo toca los corazones y convierte. 

Todos, laicos y sacerdotes, debemos con nuestra vida ser modelos evangélicos para dar testimonio de santidad, no para gloria nuestra sino la de Dios. Los sacerdotes somos cono todos, frágiles, tenemos nuestras debilidades con las cuales combatir, pero somos sacerdotes, dotados de una gracia de estado para llevar adelante el ministerio. Los juicios críticos no nos sirven. Si cabe y cuando quepa una advertencia, una corrección fraterna nos será útil, pero la crítica no. Sí, en cambio necesitamos de oración, mucha oración que nos sostenga. Mucha oración para ser mejores ante Dios y ante los hombres. 
P. Justo Antonio Lofeudo

No hay comentarios:

Publicar un comentario