¡ELLA PRONUNCIÓ MI NOMBRE!
«En febrero 1991 debía viajar con Vicka a
Paris para una corta misión en Francia. Tenía que pasar a buscarla por su casa
por la mañana y le dije el día anterior: “Mañana vendré a las 4 de la mañana
con un taxi, tienes que estar lista” Llego a su casa a las cuatro y Vicka sube
al taxi. Durante el trayecto, le pregunté cómo podríamos organizarnos en París
para que ella tuviera un lugar donde recibir la aparición diaria de la Virgen.
Pero ella me respondió: “No hace falta, ¡ya se me apareció esta mañana! Sabes,
cuando viajo ella acude antes de mi partida, esto sucede muy frecuentemente.
Por eso ayer me dijo: ‘Como sor Emmanuel vendrá a buscarte mañana a las 4, me
apareceré un poco antes de su llegada…’ Me sorprendí mucho y le pregunté:
“¿Cómo? ¿La Virgen pronunció mi nombre?” “Sí, -me respondió Vicka como si fuera
lo más natural del mundo- es lógico, ¡siempre hace esto!” Pero para mí aquello
fue una gracia inolvidable… ¡La Madre de Dios decidió su horario de aparición
en función de la hora que yo había señalado y pronunció mi nombre! ¡Somos
demasiado inconscientes de la extrema proximidad de Dios y de su Madre en los
más mínimos detalles de nuestra vida cotidiana!»
Rosas para la Gospa | 11 octubre, 2018 en 8:22 AM | Categorías: Sin categoría | URL: https://wp.me/p16DH0-48Q
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