
“Queridos hijos, os llamo “apóstoles de mi amor”. Os muestro a
mi Hijo que es la verdadera paz y el verdadero amor. Como Madre, por gracia de
Dios, deseo conduciros hacia Él. Hijos míos, por eso os invito a que os
observéis a vosotros mismos a partir de mi Hijo, a que lo miréis con el corazón
y que con el corazón veáis dónde estáis y hacia dónde va vuestra vida. Hijos
míos, os invito a que comprendáis que vosotros vivís gracias al amor y al
sacrificio de mi Hijo. Le pedís a mi Hijo que sea misericordioso con vosotros,
pero también os llamo a la misericordia. Le pedís que sea bueno con vosotros y
que os perdone, pero, hijos míos, desde hace tiempo os he rogado que perdonéis
y améis a todas las personas que encontréis. Cuando comprendáis mis palabras
con el corazón, comprenderéis y conoceréis el verdadero amor y podréis ser
apóstoles de ese amor, mis apóstoles, mis queridos hijos. Os doy las gracias”
[La Virgen estaba triste]
No hay comentarios:
Publicar un comentario