sábado, 29 de diciembre de 2012

+ FIESTA DE LA MISERICORDIA - CAP. 12


Aprovechemos bien el tiempo que Dios nos permite estar en éste mundo, que aunque sea “un valle de lágrimas” como lo define la oración de la Salve, es una experiencia única en la que Dios nuestro Padre, nos da plena libertad de elección.

Elección entre lo correcto o lo fácil; lo bueno o lo malo; lo justo o lo injusto, la humildad o la soberbia; la generosidad o la avaricia; la entrega a los demás o el egoísmo, el amor o el odio; la misericordia o la ruindad; etc. etc…

En definitiva, a través de esas múltiples elecciones, orientamos nuestra vida hacia el Cielo, donde nos espera en Su Casa nuestro Padre Dios para compartir con nosotros la Vida Eterna; o hacia el Infierno donde reside el príncipe de éste mundo, que lucha incansablemente por atraernos hacia él, con falsas apariencias y expectativas, intentando hacernos ver que la única realidad del ser humano, radica en éste mundo, en el que ha ido evolucionando a lo largo de la historia, que a nada ni a nadie tiene que rendir cuentas, porque nada hay después de la muerte, y que lo único que nos debe importar, es, por encima de todo, lo que tenemos, lo que somos, lo que disfrutamos, y lo que podemos alcanzar, con su inestimable ayuda y poder.

Somos demasiados los que nos dejamos o nos hemos dejado llevar por esas falsas apariencias y expectativas, y eso Dios lo sabe perfectamente.

Por eso envió a Jesús, para mostrarnos la auténtica realidad y dimensión del ser humano, y la voracidad extrema del príncipe de éste mundo, que se atrevió a tentar al mismísimo Hijo de Dios en un momento de debilidad de Jesús, después de pasar cuarenta días en el desierto sin agua ni comida como relata el Evangelio.

Jesús conoce bien a Su adversario y el poder de atracción y seducción que ejerce sobre nosotros, y una vez más en el apartado D. 1109 dice: Deseo conceder el perdón total a las almas que se acerquen a la confesión y reciban la Santa Comunión el día de la Fiesta de Mi Misericordia.

También conoce muy bien nuestras flaquezas, debilidades y limitaciones, por eso está siempre disponible a perdonarnos, si con confianza y firme propósito de enmendar y corregir nuestras decisiones equivocadas, nos acercamos a Él, pero si ese acercamiento lo hacemos el día de la Fiesta de Su Misericordia, nos concede el perdón total.

Cuánto Amor y generosidad por Su parte, no nos pide grandes proezas, ni trabajos que expíen el daño causado por el peso de nuestras culpas, que a lo mejor sólo unos pocos superdotados podrían conseguir realizar y salvarse. No, Él nos quiere y nos Ama a todos por igual, quiere salvarnos a todos, no quiere que ninguno se pierda. En el apartado D. 1516 le dice a Santa Faustina: Diles a las almas, hija Mía, que les doy Mi misericordia como defensa, lucho por ellas Yo solo y soporto la justa ira de Mi Padre.

No dejemos solo a Jesús, Él soporta la justa ira, que le provoca a Nuestro Padre, el peso de los pecados que cometemos, aligeremos ese peso y ayudemos a Jesús, consiguiendo el perdón de nuestros pecados y motivando a cuantos nos rodean a que hagan lo mismo, porque de Jesús ha brotado ésta Fiesta para el consuelo del mundo entero, como dice en el apartado D. 1517: Hija Mía, di que esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi Misericordia para el consuelo del mundo entero.

El 30 de Abril del 2000 en el proceso de canonización de la Beata Mª Faustina Kowalska, nuestro querido Beato Juan Pablo II, siguiendo el expreso deseo de Jesús designó como “Domingo de la Fiesta de la Misericordia Divina”, al primer domingo después del domingo de Resurrección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario