jueves, 12 de noviembre de 2015

+ COMENTARIO DEL P. GUSTAVO JAMUT AL MENSAJE DE 25 DE OCTUBRE


VIRGEN MARÍA formato cuadradoLa misericordia de la Virgen María, es un reflejo de la misericordia de Jesús, por eso: ella ora a Dios, especialmente por quienes se han vuelto duros de corazón.
Pero, podríamos preguntarnos, ¿Quiénes se han vuelto duros de corazón? O también: ¿Cuál es la señal de que uno se ha vuelto duro de corazón? Y estas preguntas no son para dirigir la mirada a los demás y juzgarlos, sino para examinarnos a nosotros mismos; no sea que siendo sacerdotes, religiosas o laicos comprometidos, nuestro corazón se haya endurecido y ni siquiera nos hayamos dado cuenta.
Se ha endurecido el corazón de quienes no somos conscientes de los dones que Dios cada día nos da; no nos damos cuenta que estamos recibiendo permanentemente un sinfín de Bendiciones, y sin embargo pensamos, hablamos, decidimos y actuamos como quienes parecen no haber tenido nunca la experiencia del amor de Dios y la visita de su Madre.
Se ha endurecido el corazón de quienes se han acostumbrado a los dones del Señor y han perdido la capacidad de la gratitud, de la pequeñez espiritual, de quienes se han vuelto mal humorados y quejosos por todo, de quienes han dejado de dar testimonio de los mensajes con el ejemplo de su vida, vivida con sencillez, generosidad y alegría, se ha endurecido el corazón de quienes no tienen un verdadero compromiso con los mensajes de Nuestra Madre, ni tampoco con sus comunidades.
Se ha endurecido el corazón de quienes no se dan cuenta que están viviendo días de gracia, y en lugar de poner los medios concretos para crecer en la santidad diaria, dan vuelta permanentemente sobre lo mismo, como perro que quiere morderse la cola.
La Reina de la Paz con su presencia, con sus mensajes, y con su oración materna, nos está animando a buscar y a vivir la santidad, liberándonos de todo lo artificial y secundario, y regresando a la esencia del Evangelio, de la Buena Noticia que Jesús nos ha traído, amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas, y al prójimo como a uno mismo.
Por eso, si me permites me atrevo a aconsejarte que este mes no leas el mensaje como uno más, sino que te tomes el tiempo para meditar en el elogio (piropo) que la Reina de la Paz te hace en este mensaje, cuando te dice que eres único/a e insustituible y que eres la alegría de Dios en este mundo, así como también que te tomes el tiempo para pedirle a la Madre que te tome espiritualmente de la mano y te ayude a mirar tu vida con sus ojos, de manera tal que sea ella quien te diga si tu corazón se ha endurecido en algún aspecto. Y si es así ¿en cuál?, y ¿que debes hacer para poder cambiar? Que sea ella que te ayude a encontrar una respuesta sincera a la pregunta de: ¿Cómo estás testimoniando la paz, la oración y el amor en tu familia, en tu comunidad y en todos los ambientes?
Que la Reina de la Paz te conceda su Bendición maternal. Me confío a tu oración.
P. Gustavo Jamut

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