jueves, 7 de junio de 2012

* CONOCER A JESUS - CAP.18

Cap. 18

No seamos ni ingratos ni injustos con Dios. Él dijo: << Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios >> Jesús con ésa frase quiso dejarnos un mensaje muy claro: “que no confundamos ni mezclemos lo terreno con lo divino”; ambas realidades conviven en nuestra existencia humana, pero debemos tener perfectamente definido a que realidad corresponden las cosas que tenemos o conseguimos y los dones y gracias que recibimos.

Las cosas terrenales pueden ser buenas o malas, justas o injustas, agradables o desagradables, gratas o ingratas, pero siempre son visibles, tangibles y perfectamente valorables.

Pero los dones y gracias que recibimos, fruto del Amor, de la Bondad y de la Misericordia Divina, no son visibles, ni tangibles, ni fáciles de valorar para el ser humano.

Simplemente los recibimos; pero como no sabemos o “no queremos saber” o “reconocer” su procedencia, es más fácil hacerlos nuestros, y autosatisfacernos y sentirnos incluso orgullosos, de las virtudes y cualidades, que a los dones y gracias acompañan siempre, y damos por supuesto que si los tenemos es porque los merecemos; por lo tanto a nada ni a Nadie hay que agradecer “nada”.

En el apartado D. 1537, fechado el 27 1 1938. Santa Faustina escribe: Hoy, durante la Hora Santa Jesús se quejó conmigo de la ingratitud de las almas. A cambio de los beneficios recibo ingratitud; a cambio del amor obtengo el olvido y la indiferencia. Mi Corazón no puede soportarlo.

Aprendamos a diferenciar lo humano de lo divino, y no seamos ingratos.

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