martes, 30 de abril de 2013

+ DIVULGACIÓN - CAP. 4


En todos los apartados y capítulos anteriores, hemos visto cuán importante es para Jesús la Veneración de Su Imagen, el Rezo de la Coronilla, la Oración de la Misericordia o de las tres de la tarde, el realizar obras de misericordia a nuestros hermanos, etc… y las revelaciones y promesas que a cada una atribuye Jesús para quien las lleve a cabo.

Pero si hay una obra de misericordia que realmente Le alegre y Le satisfaga, esa es la divulgación, sin ella Sus manifestaciones a Santa Faustina hubieran tenido un recorrido muy corto, y el resto de la humanidad se hubiera visto privada del conocimiento tan exhaustivo que Jesús transmite de Su Misericordia y de Su infinita Bondad y la enorme dimensión Salvífica y Redentora de la mismas.

De ésta misión de la divulgación, ningún venerador debe sentirse excluido o incapacitado para la misma. El 14-01-1937, en el apartado D.881 Santa Faustina escribe el pequeño diálogo mantenido con Jesús, sobre la obra de divulgación: Hoy Jesús ha entrado en mi pequeña habitación aislada, con una túnica clara, ceñido de un cinturón de oro; una gran Majestad resplandecía de toda su silueta y dijo: Hija Mía, ¿por qué te dejas llevar por pensamiento de miedo? Contesté: Oh Señor, Tú sabes que soy incapaz de cumplirla. Y me dijo: ¿Por qué? Ves que no tengo salud, no tengo instrucción, no tengo dinero, soy un abismo de miseria, tengo miedo de tratar con la gente. Jesús, yo deseo solamente a Ti, Tú puedes librarme de esto. Y el Señor me dijo: Hija Mía, lo que Me has dicho es verdad. Eres muy miserable y a Mí Me ha agradado realizar la obra de la misericordia precisamente a través de ti que eres la miseria misma. No tengas miedo, no te dejaré sola. Haz por esta causa lo que puedas, yo completaré todo lo que te falta; tú sabes lo que está en tu poder, hazlo.

No acaparemos a Jesús y Su Obra de la Misericordia sólo para nosotros, abrámonos al mundo, con total confianza en que si hacemos todo lo que podemos, si eso no es suficiente, lo que falte nos lo pondrá Jesús.

Por tanto nuestro éxito estará siempre garantizado, aunque nuestro camino no siempre estará cubierto de pétalos de rosas, con frecuencia pisaremos sobre los tallos con espinas, pero hemos de ser conscientes de que esos contratiempos o sufrimientos, irán acompañados de abundantes frutos, como podemos ver en el apartado D.966.- + Hoy oí en el alma estas palabras: Hija Mía, debes ponerte a la obra, Yo estoy contigo. Te esperan grandes persecuciones y sufrimientos, pero que te consuele la idea de que muchas almas se salvarán y se santificarán por medio de esta obra.

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