sábado, 11 de abril de 2015

+ MAÑANA DOMINGO ¡¡¡FIESTA DE LA MISERICORDIA DIVINA!!!

¡¡¡FIESTA DE LA MISERICORDIA DIVINA!!!

El calendario litúrgico de la Iglesia es muy rico en celebraciones, en el transcurso del año. La más importante la vivimos el pasado Domingo, la Gloriosa Resurrección de Jesús.

Pero hay una celebración que es muy agradable a Jesús. La “FIESTA DE LA MISERICORDIA DIVINA”

Una Fiesta que desde el inicio de las revelaciones de Jesús a Santa Faustina, pidió en reiteradas ocasiones, que se celebrara en toda la Iglesia. La primera petición Santa Faustina la refleja en su Diario en el apartado 49: Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia.

 Y a continuación en el apartado 50, manifiesta dos deseos: que los sacerdotes colaboren en la proclamación de su gran Misericordia y que los pecadores no tangan miedo de acercarse a Él: Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas humanas.

La magnitud de la Gracia que Jesús nos brinda en ésta Fiesta, es inimaginable para nosotros, por eso con su Infinita Bondad y Misericordia, en el apartado 699 explica a Santa Faustina en que consiste: Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores.

Ese día están abiertas las entrañas de Mi Misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi Misericordia.

El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas.

En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales  fluyen  las gracias.
Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata.

Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a Mí, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. 

La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua.

La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.

No dejemos pasar alegremente un día como éste, sin pena ni gloria. Jesús pone a nuestro alcance Su Indulgencia Plenaria.

En el Sacramento de la Reconciliación, el sacerdote, sustituto de Jesús, en Su nombre nos perdona las culpas, pero tiene que ponernos una pena o penitencia acorde a nuestras culpas, que sirve como reparación por el daño o daños causados.

En el domingo de la celebración de la Fiesta de la Misericordia, Jesús ofrece el perdón total de las culpas y de las penas a quien se confiese y reciba la Santa Comunión; no sólo nos limpia de nuestros pecados, sino que además repara por completo nuestro espíritu, para que permanezcamos en Él siempre; nos permite poner a cero nuestros contadores, sin tener en cuenta el altísimo número que hayamos alcanzado, es volver a empezar de nuevo el Camino, con total confianza en Él, para que algún día al igual que San Pablo podamos decir: “Sé de quién me he fiado” Jesús, en Ti confío.


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