lunes, 10 de agosto de 2015

+ "QUE LAS ALMAS ACUDAN AL TRIBUNAL DE LA MISERICORDIA"

Con frecuencia nos olvidamos, por qué Jesús derramó Su sangre en la cruz, y por qué, nuestro Padre Dios lo Resucitó de entre los muertos. Entre otros motivos, para mostrarnos, que con la muerte no acaba todo. Si no que comienza una vida, totalmente diferente y plena.

Cuando un alma regresa a la Casa de nuestro Padre Dios, y puede permanecer en Su Presencia, porque ha llegado limpia de pecado; el Amor Misericordioso de Jesús la acoge, para que disfrute eternamente de la Gloria de Dios.

En (D. 1448), Jesús dice: Escribe de Mi misericordia. Di a las almas que es en el tribunal de la misericordia donde han de buscar consuelo; allí tienen lugar los milagros más grandes y se repiten incesantemente.

La tierna y amorosa Divinidad de Jesús, no desea, no quiere, que ninguna alma llegue al tribunal de la justicia, donde a Él, no Le queda otra alternativa, que la de ser Juez Justo.

Sabe muy bien, que llegado ése proceso judicial Divino, donde se pone de manifiesto, todo el bien y el mal que se ha cometido en ésta vida; es muy difícil, por no decir imposible, que un alma haya alcanzado tal grado de perfección, que por sí misma, consiga entrar directamente, en la Casa del Padre.

Por eso pide insistentemente Jesús, que las almas acudan al tribunal de la misericordia, donde Él, en lugar de juzgar, consuela; donde en lugar de sentencias, concede Su perdón, reparte generosamente y sin escatimar, las Gracias que estima conveniente, para cada alma, y la acoge en Su misericordia.


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