“Queridos hijos, de nuevo os invito
maternalmente: no endurezcáis el corazón. No cerréis los ojos ante las advertencias
que por amor el Padre Celestial os envía. ¿Lo amáis sobre todas las cosas? ¿Os
arrepentís de que a menudo olvidáis que el Padre Celestial, por su gran amor,
ha enviado a su Hijo para redimiros con la cruz? ¿Os arrepentís de que todavía
no aceptáis el mensaje? Hijos míos, no opongáis resistencia al amor de mi Hijo.
No opongáis resistencia a la esperanza y a la paz. Con vuestra oración y
vuestro ayuno, mi Hijo con su cruz disipará las tinieblas que quieren
envolveros y someteros. Él os dará fuerza para una vida nueva. Al vivirla según
mi Hijo, seréis bendición y esperanza para todos los pecadores que deambulan en
las tinieblas del pecado. Hijos míos, ¡velad! Yo, como Madre, velo con
vosotros. Especialmente oro y velo por aquellos que mi Hijo ha llamado a ser
para vosotros portadores de luz y portadores de esperanza: por vuestros
pastores. ¡Os doy las gracias!”
-HERMANDAD DE LA MISERICORDIA DIVINA- "Jesús, en Ti confío, en estas palabras se resume la fe del cristiano, que es la fe en la Omnipotencia del amor misericordioso de Dios" (Benedicto XVI) "Sed apóstoles de la Divina Misericordia" (Beato Juan Pablo II) *LA HUMANIDAD NO CONSEGUIRÁ LA PAZ HASTA QUE NO SE DIRIJA CON CONFIANZA A MI MISERICORDIA* (D. 300) (D. ---) [Diario, La Divina Misericordia en mi alma, de Santa María Faustina Kowalska. Editado por: Ediciones Levántate.]
lunes, 4 de marzo de 2013
+ MENSAJE DE LA VIRGEN EN MEDJUGORJE 02-03-13
“Queridos hijos, de nuevo os invito
maternalmente: no endurezcáis el corazón. No cerréis los ojos ante las advertencias
que por amor el Padre Celestial os envía. ¿Lo amáis sobre todas las cosas? ¿Os
arrepentís de que a menudo olvidáis que el Padre Celestial, por su gran amor,
ha enviado a su Hijo para redimiros con la cruz? ¿Os arrepentís de que todavía
no aceptáis el mensaje? Hijos míos, no opongáis resistencia al amor de mi Hijo.
No opongáis resistencia a la esperanza y a la paz. Con vuestra oración y
vuestro ayuno, mi Hijo con su cruz disipará las tinieblas que quieren
envolveros y someteros. Él os dará fuerza para una vida nueva. Al vivirla según
mi Hijo, seréis bendición y esperanza para todos los pecadores que deambulan en
las tinieblas del pecado. Hijos míos, ¡velad! Yo, como Madre, velo con
vosotros. Especialmente oro y velo por aquellos que mi Hijo ha llamado a ser
para vosotros portadores de luz y portadores de esperanza: por vuestros
pastores. ¡Os doy las gracias!”
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