
Un
pequeño ejemplo, para mostrarnos cuán grande es la diferencia entre las almas
elegidas y las almas de los fieles cristianos. Ésta diferencia conlleva también
el recibir permanentemente un mayor número de gracias, dones y bendiciones, que
han de ser utilizadas convenientemente para provecho y salvación del resto de
las almas.
Pero
Jesús, además de Bueno y Misericordioso, es Justo, por lo tanto espera y desea
más, de quien más recibe, de quien más cerca de Él está; cuando la realidad no
se corresponde con lo esperado y deseado, su sufrimiento y desconsuelo es muy
grande, como se refleja en el siguiente apartado:
D. 580.- Una vez el Señor me dijo: Me hieren más las pequeñas imperfecciones
de las almas elegidas que los pecados de las almas que viven en el mundo. Me
entristecí mucho por el hecho de que Jesús padece sufrimientos a causa de las
almas elegidas, y Jesús me dijo: Estas
pequeñas imperfecciones, no es todo; te revelaré el secreto de Mi Corazón, lo
que sufro por parte de las almas elegidas: la ingratitud por tantas gracias es
el alimento continuo de Mi Corazón por parte del alma elegida. Su amor es
tibio, Mi Corazón no puede soportarlo; estas almas Me obligan a rechazarlas de
Mí. Otras no tienen confianza en Mi bondad y nunca quieren sentir la dulce
intimidad en su corazón, pero Me buscan por allí, lejos y no Me encuentran.
Esta falta de confianza en Mi bondad es lo que más Me hiere. Si Mi muerte no
las ha convencido de Mi amor, ¿qué es lo que las convencerá? Muchas veces un
alma Me hiere mortalmente y en tal caso nadie Me consolará. Hacen uso de
Mis gracias para ofenderme. Hay almas que desprecian Mis gracias y todas las
pruebas de Mi amor; no quieren oír Mi llamada, sino que van al abismo infernal.
Esta pérdida de las almas Me sumerge en la tristeza mortal. En tales casos, a
pesar de ser Dios, no puedo ayudar nada al alma, porque ella Me desprecia; disponiendo
de la voluntad libre puede despreciarme o amarme. Tú, dispensadora de Mi
misericordia, habla al mundo entero de Mi bondad y con esto consolarás Mi Corazón.
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