jueves, 14 de febrero de 2013

+ RELIGIOSOS Y SACERDOTES - CAP. 7


En el camino de la salvación de las almas, los sacerdotes desempeñan un papel primordial, como representantes y sustitutos de Jesús. Pero si las almas que están destinados a salvar, se limitan a valorarlos y a juzgarlos por su dimensión puramente humana, siendo severos con los defectos y desmereciendo y despreciando sus virtudes, así como los frutos producidos en el trabajo propio de su dimensión espiritual, poco pueden hacer los sacerdotes, por éstas almas.

Jesús que conoce perfectamente la situación de todas las almas, enseñó a Santa Faustina el Rezo de la Coronilla.

Este polivalente Rezo, como ya vimos en los capítulos destinados al mismo, entre otras muchas tiene la cualidad de fortalecer, asegurar y confirmar en su voluntad a las almas que estando en el camino de la salvación, desean llegar a conseguir su meta con la ayuda de Jesús y de Sus representantes y sustitutos.

Pero también tiene una importantísima cualidad, es la última tabla de salvación, para los pecadores empedernidos alejados de Dios y de Su Iglesia.

Jesús pone en manos de Sus sacerdotes este Rezo para que lo divulguen y lo recomienden especialmente a los pecadores empedernidos, como vemos en el apartado D. 687.- En una ocasión, mientras iba por el pasillo a la cocina, oí en el alma estas palabras: Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia.

Jesús quiere que todos los sacerdotes y religiosos, conozcan, recen y recomienden ésta Coronilla, para que los alejados se acerquen; los que están cerca, se mantengan firmes en su propósito de avanzar por el camino de la salvación, y no se alejen nunca; para que aquí, en éste valle de lágrimas todos podamos conocer, confiar y recibir en nuestros corazones Su Misericordia, para que nuestra permanencia en éste mundo sea más llevadera y cuando traspasemos el umbral de la muerte, podamos permanecer en Su Presencia y contemplarle en Plenitud.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario