viernes, 5 de octubre de 2012

+ CORONILLA DE LA MISERICORDIA DIVINA CAP. 5

Esa circunstancia no pasa desapercibida para Satanás, es más, es el centro de su poder, es donde se asienta toda su fuerza, toda su capacidad para manipularnos, tentarnos, mentirnos sobre la realidad caduca de lo que él nos ofrece en éste mundo y así poder distraernos, confundirnos y alejarnos de nuestra naturaleza Divina, que poseemos desde el mismo instante de nuestro Bautismo.

Con cada alma que consigue, su poder y su fuerza aumentan y se hace más grande la profundidad de su abismo, con la vana ilusión de poder derrotar algún día, a la Luz con sus tinieblas; al Amor con su egoísmo, envidia y rabia; a la Misericordia, con su rencor, su odio y su ira; a la Bondad Infinita, con su maldad persistente y recalcitrante.

Esa es la autentica realidad que nos vamos a encontrar, los que, alejados de Dios, caigamos en el abismo, egoísmo, envidia, rabia, rencor, odio, ira, maldad, y desesperación permanente.

Jesús no quiere que ése sea nuestro final. Por eso ha dotado a la Coronilla de unas Gracias y Dones Especiales, para beneficiar y salvar, no sólo a los que confiando en Él la rezamos frecuentemente, sino que también podamos rezar Su Coronilla para beneficiar y salvar a otras almas.

Estas Gracias y Dones Especiales, Santa Faustina, los escribe tal y como Jesús se los dijo en los siguientes apartados:

D. 687.- En una ocasión, mientras iba por el pasillo a la cocina, oí en el alma estas palabras: Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia.

D. 754.- + Promesa del Señor: A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte.

D. 811.- Al entrar en mi soledad, oí estas palabras: Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi hijo.

D. 848.- que me enseñó Jesús. Mientras rezaba la coronilla, de repente, oí una voz: Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen por quienes rezan esta coronilla. Anota estas palabras, hija Mía, habla al mundo de Mi Misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos. Oh almas humanas, ¿dónde encontrarán refugio el día de la ira de Dios? Refúgiense ahora en la Fuente de la Divina Misericordia. Oh, qué gran número de almas veo que han adorado la Divina Misericordia y cantarán el himno de gloria por la eternidad.

D. 1541.- Hija Mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz. Escríbelo para las almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de Mi misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Estas almas tienen prioridad en Mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en Mi misericordia. Proclama que ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad. Escribe: cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso.

D. 1731.- Hoy me despertó una gran tormenta, el viento estaba enfurecido y llovía como si fuera un huracán, a cada rato caían rayos. Me puse a rogar que la tempestad no causara ningún daño; de repente oí estas palabras: Reza la coronilla que te he enseñado y la tormenta cesará. En seguida he comenzado a rezar la coronilla y ni siquiera la he terminado cuando el temporal ha cesado y oí estas palabras: A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad.

La oración de la Coronilla, es un instrumento muy eficaz, que Jesús pone a nuestro alcance. Una oración que hemos de valorar muy convenientemente, y acoger con humildad y agradecimiento, a Su Infinita Bondad, porque abre de par en par las compuertas de la Fuente de la Misericordia con una generosidad difícilmente imaginable para nuestra limitada condición humana.

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