jueves, 11 de octubre de 2012

+ LA HORA DE LA MISERICORDIA - CAP. 1


La Hora de la Misericordia, es más conocida como: “La Oración de las tres de la tarde”. Hora en la que Jesús, encomendando su Espíritu al Padre, expiró.

El texto de la Oración y la petición de Jesús de que a las tres se ruegue por Su Misericordia, preceden a un bellísimo poema escrito por Santa Faustina al misericordiosísimo Corazón de Jesús, con el que pone fin al cuarto cuaderno del manuscrito del Diario.

Pero el texto de la Oración, viene precedido por un encuentro con Jesús, diálogos con Él, y reflexiones de Santa Faustina, que expresan de forma clara y concisa el significado de “La Hora de la Misericordia”. Transcribo literalmente del Diario.

D.- 1312 + Hoy Jesús vino a la puerta bajo la apariencia de un joven pobre. Un joven macilento, en harapos, descalzo y con la cabeza descubierta, estaba pasmado de frío porque hacía un día lluvioso y frío. Pidió algo de comer caliente. Pero cuando fui a la cocina no encontré nada para los pobres; sin embargo tras buscar un rato encontré un poco de sopa que calenté y puse un poco de pan desmigajado. Se lo di al pobre que lo comió. En el momento en que le retiraba el vaso, me hizo saber que era el Señor del cielo y de la tierra. En cuanto lo vi tal como es, desapareció de mis ojos. Cuando entré en la casa pensando en lo que había sucedido en la puerta, oí estas palabras en el alma: hija Mía, han llegado a Mis oídos las bendiciones de los pobres que alejándose de la puerta Me bendicen y Me ha agradado esta misericordia tuya dentro de los límites de la obediencia y por eso he bajado del trono para gustar el fruto de tu misericordia.

D.- 1313 Oh Jesús mío, ahora esta claro para mí y he comprendido todo lo que ha sucedido hace un momento. Presentía algo preguntándome ¿Qué clase de pobre es éste del cual transparenta tanta modestia? Desde aquel momento mi corazón se ha encendido de un amor todavía más puro hacia los pobres y los necesitados. Oh, cuánto me alegro de que las Superioras me hayan asignado esta tarea… Comprendo que la misericordia es variada, que siempre y en todo lugar y en cada momento se puede hacer el bien. El ardiente amor de Dios incesantemente ve la necesidad de darse a los otros con la acción, la palabra y la oración. Ahora comprendo Señor, Tus palabras que me has dicho anteriormente.

D.- 1314 + Oh, que grandes esfuerzos tengo que hacer para cumplir bien mis deberes siendo mi salud tan débil. Sólo Tú lo sabes, oh Cristo.

D.- 1315 + En los momentos de abandono interior no pierdo la serenidad, porque sé que Dios nunca abandona al alma, a no ser únicamente cuando el alma misma, con su infidelidad, rompe el lazo del amor. Sin embargo, absolutamente todos los seres dependen del Señor y son sostenidos por su omnipotencia. Unos son gobernados por el amor, otros por la justicia; de nosotros depende bajo qué autoridad deseamos vivir, visto que la ayuda de la gracia en la medida suficiente no es negada a nadie. No me asusta el aparente abandono. Me examino más profundamente si la culpa no es mía. Si no, bendito seas.

 
Un testimonio muy significativo de las bendiciones que conlleva la acción de ser misericordioso con quien lo necesita, no importa lo poco que tengamos; si tenemos misericordia, siempre encontraremos algo para dar, y así poder ayudar y aliviar a nuestros hermanos. Nunca la falta de salud, las limitaciones físicas o el mero cansancio, serán un obstáculo insalvable para quien, por amor, es sensible a las necesidades de los demás; siempre ese amor le proveerá la fuerza suficiente, para finalizar con éxito su acto misericordioso.

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